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Avalancha de demandas colectivas contra famosos por promocionar criptoactivos

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Madonna ha sido demandada por ayudar a popularizar Bored Ape Yacht Club, una colección digital de dibujos de monos

09 de febrero de 2023

Expansión - Madrid

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El dibujo virtual de un mono le podría salir muy caro a Madonna, y a otros famosos que se han dedicado a promocionar criptoactivos en Estados Unidos. Empiezan a acumularse las demandas colectivas contra celebrities que han utilizado su popularidad para apoyar criptomonedas, creaciones artísticas digitales o plataformas de intercambio de este tipo de activos que han terminado implosionando en el criptoinvierno de 2022.

Madonna llegó a decir en sus redes sociales y en apariciones en medios que estaba "obsesionada" con conseguir el dibujo de un mono de Bored Ape Yacht Club que estaba inspirado en ella. Se trata de una colección de NFT (tokens no fungibles, en sus siglas en inglés) que llegaron a alcanzar valores por encima del millón de euros. A la cantante le pareció caro ese precio, así que se hizo con otro mono más barato.

La artista no era nueva en el mundo de los criptoactivos. Además de otras inversiones, llegó incluso a crear sus propios proyectos virtuales. El problema es que, según figura en una demanda colectiva, existía un intermediario controlado por el dueño de la colección de los monos que presuntamente remuneraba a los famosos por promocionar sus NFT. Se puede adquirir un ejemplar del simio por 68 ETH -algo más de 100.000 euros al cambio actual, aunque hay que tener en cuenta que su cotización se ha desplomado alrededor de un 70% desde sus máximos de noviembre de 2021-.

En nómina no sólo estaba Madonna. También figura, por ejemplo, el cantante Justin Bieber o el presentador Jimmy Fallon, que utilizó su programa The Tonight Show (uno de los más populares del país) para enseñar su colección de monos y animar a la audiencia a comprar su propio NFT.

Esta demanda colectiva se hizo pública a finales de diciembre del año pasado. Según la predicción de muchos expertos, parecía una anécdota que había llamado mucho la atención por el número de celebrities que citaba la acusación. Sin embargo, se ha quedado lejos de convertirse en una anécdota. La bola de nieve ha empezado a crecer y se trata solo de la punta del iceberg de la guerra legal que está por librarse en los próximos meses en los tribunales de Estados Unidos.

Son varios los despachos que por todo el país han anunciado acciones similares contra otros famosos por promocionar criptoactivos de forma encubierta, sin dejar claro que se trataba de acción comercial remunerada o de la que obtenían algún tipo de beneficio. Muchas de estas acciones todavía están armándose. Revisten cierta complejidad, tanto desde el punto de vista jurídico, como desde la gestión de los afectados -que han de sumarse a una acción colectiva en la que se den unas circunstancias similares para poder prosperar-. El problema es que la criptoburbuja ha dejado muchas víctimas por el camino en productos de lo más diverso.

Y así de variados son también los procesos contra los famosos. Por ejemplo, uno de los que más atención acaparará en los próximos meses es la acción colectiva contra el colapso de la plataforma de criptomonedas FTX y que ha terminado salpicando a una de las estrellas futbolísticas más reconocidas del país: Tom Brady, el quarterback de la Liga Nacional de Fútbol.

El jugador anunció su retirada de la competición profesional hace solo unos días. Su fama en Estados Unidos llega a tal punto de que, unas horas después, en eBay se vendía un frasco de arena del lugar donde había anunciado su marcha por cerca de 100.000 euros. Poco después, la web se llenó de ofertas mucho más asequibles de botes de arena por la módica cantidad de 9.000 euros.

Brady y su exmujer, la modelo Gisele Bundchen, perdieron una fortuna con el colapso de FTX, al igual que un abogado que ahora lidera una demanda colectiva contra ellos, y otros ocho famosos, por los anuncios que protagonizaron y su apoyo público, ya que, según él, utilizaron su credibilidad y prestigio para convencerle de invertir todos sus ahorros en la plataforma de intercambio de criptomonedas. Y no solo a él, porque asegura que también es el caso de miles de hinchas que habrían seguido a ciegas los consejos de la estrella del fútbol -se calcula que la quiebra de FTX ha afectado a más de un millón de inversores en todo el mundo-.

Quien se ha librado, al menos de momento, es Kim Kardashian, que apoyó desde su Instagram la criptomoneda Emax. El tribunal ha desestimado la demanda en su contra, al considerar que no se ha podido probar que sus comentarios influyeran realmente en el valor del activo. Ahora, bien, en su fallo, también señala que si bien es legítimo plantear la responsabilidad de los famosos, también hay que esperar más "sentido común" por parte de los inversores, de los que se espera que no sigan ciegamente las recomendaciones de una celebrity solo por su popularidad.