Batalla legal entre el Thyssen y la familia Cassirer por el cuadro robado por los nazis

Museo Thyssen

El cuadro fue vendido a los simpatizantes del partido de Adolfo Hitler, para que esta familia pudiera salir y escapar de Alemania .

Expansión - Madrid

Hay novedades en el caso que enfrenta a la familia Cassirer y al museo Thyssen-Bornemisza en relación al cuadro Rue Saint-Honoré après midi, effet de pluie (Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia), de Camille Pissarro, que fue vendido por esta familia a los nazis para poder salir de Alemania.

Según el documento judicial al que ha tenido acceso Expansión, un juzgado de California fija para el próximo 12 de diciembre la vista oral de un enfrentamiento que vuelve a Pasadena tras la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos del pasado mes de abril de que sea la legislación estatal de California -donde se puso la primera demanda- la que juzgue el caso.

La batalla judicial, que empezó en 2005, ha vivido diferentes capítulos con la justicia poniéndose de uno y de otro lado. Tras varias sentencias y recursos en diferentes instancias, la decisión de la Corte de Apelaciones en 2020 dijo que la Fundación Thyssen es el legítimo propietario de la obra y, por tanto, el cuadro se quedaría en España, pero en 2021 el Tribunal Supremo de Estados Unidos aceptó analizar el caso y el pasado abril falló, sin embargo, a favor del recurso de la familia Cassirer y aceptaba que la legislación a aplicar es la del estado de California.

La vuelta a los tribunales californianos beneficia a los Cassirer, ya que su legislación impide la compra de un cuadro robado, por lo que la propiedad nunca pude ser ni de los Thyssen ni del Estado español.
Litigio de película

La familia Cassirer compró el cuadro en 1900 en Berlín, pero cuatro décadas después Lilly Cassirer lo vendió por apenas US$360, que nunca recibió, y el salvoconducto para abandonar la Alemania ya ocupada por los nazis.

Tras perderse la pista, el cuadro fue adquirido por el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y en 1993 por el Gobierno español como parte de la compra de su colección privada.

Esta larga batalla judicial ha contado en España con el asesoramiento de la abogacía del Estado para defender los intereses del país y del bufete B. Cremades & Asociados en representación de la Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías de España. En Estados Unidos, el despacho Boies Schiller Flexner es el que lleva la defensa.

A la espera de la resolución del litigio, el director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, reiteró la postura de no renunciar al cuadro, señalando que “las obras propiedad del Estado español en principio son inajenables”.

“No creo siquiera que el Consejo de Ministros pueda tomar esa decisión”, dijo, para insistir en que el museo “nunca se ha planteado la decisión de devolverlo”, al menos desde que él forma parte del espacio. “Se ha planteado que el Pissarro forma parte del patrimonio nacional y hay que defenderlo por la vía legal”, sentenció.


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