CMS Rodríguez-Azuero habló de la actualización del marco normativo en medio ambiente
La Ley 2387 de 2024 fortaleció el régimen sancionatorio ambiental, introduciendo ajustes procedimentales y nuevas herramientas que hacen más efectivas las sanciones por incumplimiento
24 de noviembre de 2025Contenido
Colombia actualizó este año su marco normativo en medio ambiente, derechos humanos y debida diligencia empresarial. Pese a estos avances, persisten retos como la fragmentación institucional, la alta informalidad y la falta de regulación obligatoria en debida diligencia y sostenibilidad.
A esto se suma la falta de cooperación institucional entre autoridades ambientales nacionales y regionales, que dificulta aún más la aplicación de las normativas ambientales.
Tatiana Londoño, counsel en derechos humanos para el área de derecho ambiental y sostenibilidad de CMS Rodríguez-Azuero, explicó que el principal problema está relacionado con los altos niveles de informalidad. “Las grandes compañías cuentan con mayores capacidades de cumplimiento frente a las Pyme, especialmente aquellas ubicadas en zonas rurales, que suelen integrarse a sus cadenas de valor”, indicó.
Pese a los retos, el marco legal colombiano ha tenido avances fundamentales. La abogada explicó que, por ejemplo, la Ley 2387 de 2024 fortaleció el régimen sancionatorio ambiental, introduciendo ajustes procedimentales y nuevas herramientas que hacen más efectivas las sanciones por incumplimiento.
Así mismo, la Superintendencia Financiera, por medio de la Circular Externa 031 de 2022, impulsó la adopción de estándares internacionales como Tcfd y Sasb y promovió el valor de la transparencia en la gestión de riesgos ambientales, sociales y de gobernanza.
Por su parte, la Corte Constitucional, con sentencias como la SU-123 de 2018, reiteró que todas las compañías están obligadas a implementar procesos alineados con los principios ambientales de la ONU y gestionar sus riesgos e impactos.
“Más que nuevos cambios legislativos inmediatos, el país debe fortalecer la sensibilización empresarial, ofrecer incentivos a las buenas prácticas y promover una implementación progresiva de la regulación. Solo así, la sostenibilidad dejará de ser un ejercicio formal de cumplimiento para consolidarse como un verdadero eje de gestión, reputación y competitividad” resaltó Londoño.