Consejo de paz, entre clamor social y electoral antes de la segunda vuelta
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A 18 días de la segunda y definitiva vuelta presidencial, la puesta en marcha del Consejo Nacional de Paz se presenta como estrategia del Gobierno para conseguir apoyo a la reelección del presidente Santos y su modelo de negociación con las Farc.
Aunque su reactivación se anunció desde el año pasado, por parte del Jefe de Estado, la instalación el pasado miércoles en Bogotá de este órgano consultor, que busca ampliar la participación de la sociedad civil en los diálogos, envía más señales.
Una de ellas deriva del reclamo de sectores sociales de ser escuchados en la mesa de negociación del Gobierno y las Farc para transmitir inquietudes desde las regiones, así como propuestas y experiencias exitosas de reconciliación y solución de conflictos.
Por eso ante unos 300 invitados, entre dirigentes políticos, funcionarios del Gobierno, defensores de derechos humanos, gobernadores, representantes de la Iglesia, víctimas del conflicto, empresarios y académicos, el presidente Santos les pidió su apoyo.
“Todos ustedes son parte fundamental de un mismo proceso porque la paz es el valor supremo de los colombianos y todos pueden y deben aportar durante el camino a la terminación del conflicto”. Santos agregó llegó el “momento de que la sociedad se involucre más en el proceso y en lo que vendrá después, como el postconflicto”.
¿Paz o estrategia electoral?
Pero que el Consejo Nacional de Paz resurja luego de no ser convocado desde el Gobierno de Andrés Pastrana y justo 18 días antes de que un país elija Presidente, dividido a favor y en contra del manejo del proceso de paz con las Farc, también aparece como hecho electoral.
En la campaña Santos atribuyen el retroceso frente al candidato Óscar Iván Zuluaga a fallar en su estrategia de comunicación de sus logros y del propio proceso de paz. En parte por la confidencialidad de los diálogos, pero también por la distancia de las negociaciones en Cuba con el ciudadano, que en vez de avances convive con la violencia de las Farc en sus regiones.
Así lo entiende el analista del conflicto Luis Eduardo Celis, para quien el Consejo es una instancia valiosa para buscar la paz por su pluralidad representativa de sectores y regiones.
Pero enfatiza que tardó en convocarse. “Debió convocarse al comenzar los diálogos y así lo reclamaron muchas organizaciones sociales y ese déficit de sociedad civil impidió obtener más apoyo a los diálogos y comprensión de lo complejo de la negociación con la guerrilla. Y eso ahora le pasa factura al Gobierno y a Santos”.
A juicio de Celis, eso no descalifica su validez al reconocer que también es estrategia electoral, porque “busca apoyos para impulsar un proceso de paz, que es un proyecto bandera del Presidente, corrige un error y responde a un clamor de la sociedad”.
La presencia en la instalación del Consejo de los negociadores del Gobierno en los diálogos confirman el afán del Gobierno en mostrar resultados y buscar más respaldo, justo cuando un sector amplio rechaza el modelo de la negociación con la guerrilla y apoya al candidato Zuluaga en ponerle condiciones.
Por eso el jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle, reconoció que los colombianos reclaman más información de lo que se negocia con las Farc, más que comunicados.
Pero insistió en que “eso no quiere decir que discutamos de espaldas a la Nación, he dado 38 informes durante 18 meses de negociación”.
También defendió los tres acuerdos parciales con las Farc y negó que claudique el Estado ante la guerrilla.