Delito de suplantación de identidad aumentó 409% en 2020 debido a la pandemia
La suplantación de identidad se da en mayor medida a través de correos electrónicos para falsificar documentos y hacer compras
12 de abril de 2021Contenido
La suplantación de identidad, según datos de la Dijín, creció 409% el año pasado, en plena pandemia del covid-19. El reporte reveló que mientras en 2019 hubo alrededor de 300 casos de este tipo, en 2020 la cifra se disparó a 1.527 reportes.
La suplantación de identidad se da en mayor medida a través de correos electrónicos, con los cuales se busca la falsificación de documentos para acceder a contratos con el Estado, para obtener créditos financieros y hasta para hacer compras por internet.
Las personas no son los únicos objetivos de la ciberdelincuencia en relación con la suplantación de identidad. El reporte de la entidad policial también reveló que la suplantación de sitios web creció 358% con 4.353 casos en 2020, a comparación de los 951 reportados el año anterior. Y es que es usual que la variación de las cifras sobrepase 100% porque desde la migración digital la ciberdelincuencia se ha disparado de forma preocupante.
Asuntos Legales consultó expertos en la materia que explican el riesgo que tienen los ciudadanos con sus datos personales y su firma en diferentes documentos que circulan por la red, elementos clave para el delincuente.
Martha Moreno Mesa, presidente ejecutiva de Certicámara, afirmó que una de las formas de suplantación de identidad más usual es el de personas a través de firmas de un documento escaneado. Dicha rúbrica puede circular por redes hasta que el delincuente tenga acceso a ella y la utilice para sus fines delictivos.
“También puede haber otros mecanismos de suplantación digital cuando se apoderan de una página web, correo electrónico o, inclusive, las redes sociales de otra persona. De esta forma el delincuente puede robar información o cometer delitos en nombre de la persona que está suplantando”, agregó.
La suplantación de identidad puede tomar otras formas a través de tarjetas de crédito que son captadas por los delincuentes para hacer transacciones a nombre de una persona. La suplantación por teléfono es otra de las prácticas más comunes, con la que se busca, por ejemplo, hacer compras de productos o servicios en nombre de una persona que jamás los ha solicitado.
Germán Flórez, presidente de la Asociación Colombiana de Legal Tech, afirmó que otros ciberdelitos están también asociados a la usurpación en la identidad de una persona. El experto afirmó que muchas veces hay programas maliciosos (malwares) que pueden dar acceso a las redes sociales de una persona, como Whatsapp, para delinquir a su nombre.
“Cuando una persona crea un perfil falso en redes sociales en el que utiliza la imagen de una persona estaría constituyendo un delito si por medio de este perfil falso se utilizan los datos de la víctima”, dijo.
En cuanto a la normatividad, Colombia dispone de la Ley 527 de 1999 de comercio electrónico que protege al consumidor y sus acciones por los canales digitales. Otra de las normas es la Ley 1474 de 2011 que permiten la incorporación digital y de tecnologías a los entes del Estado para avanzar en este sentido.
¿Cómo blindarse?
Moreno emitió algunas recomendaciones para evitar este tipo de fraudes. En primer lugar, la ejecutiva destacó que los ciudadanos deben considerar el acceso a firmas digitales para evitar la circulación de documentos con las firmas manuscritas. “En empresas como Certicámara es muy fácil acceder a las firmas digitales y rúbricas certificadas que pueden evitar este tipo de fraudes”, dijo.
Si usted no está seguro del funcionamiento de redes y muchas de sus operaciones laborales o patrimoniales dependen de internet, lo mejor es buscar asesoría para evitar pérdidas por los ciberdelitos.
A nivel de las entidades estatales, Moreno afirmó que las Cámaras de Comercio, por ejemplo, ya están trabajando en la incorporación de claves seguras, reconocimiento biométrico y huellas faciales y dactilares de los clientes para evitar cualquier tipo de usurpación a la identidad. “Muchas entidades empezaron a dar el paso para las firmas electrónicas. La gran falla es no masificar y exigir esta herramienta para cualquier anuncio del Estado vía correo electrónico y otros canales”, señaló.
Flórez añadió que debería haber guías de buenas prácticas de mano de las superintendencias en torno al manejo de la seguridad informática por parte de los ciudadanos. Esta recomendación resulta importante porque el desconocimiento de las distintas de modalidades de cibercrimen pueden devenir en una suplantación de identidad.
“Debería haber también una política pública del Estado porque considero que el tema de suplantación de identidad es algo que va más allá de la regulación, debido a que atañe más a la sensibilización en la sociedad. Debe haber acceso al conocimiento sobre cómo proteger nuestros datos en internet. Muchas veces, las personas caen en estas trampas por desconocimiento del funcionamiento de las redes sociales“, afirmó el experto.