“La utilidad de la tasa de usura es muy limitada y le cierra el acceso a financiadores”

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Cuatrecasas, una firma española con más de un siglo de historia, llegó a Colombia en 2011 y, desde ese momento, empezó a consolidarse como una de las pioneras en asesorías de operaciones financieras. Manuel Quinche, socio director de la oficina de Bogotá, y quien fue reconocido como abogado del año por The Legal 500, habló sobre el mercado de la emisión de bonos, el panorama de inversión en el país, la vigencia de la tasa de usura, y las proyecciones de la firma de cara al cierre del año.

Usted tiene una amplia trayectoria en la estructuración de financiación de proyectos y empresas, ¿Cómo está el mercado de bonos en este momento? ¿Cuál es su percepción?

Yo creo que ha sido un año muy virtuoso, en el sentido de ver fortaleza real que los emisores colombianos han tenido para salir a los mercados internacionales o locales y emitir deuda, o incluso emitir equity, porque hay una variable para los inversionistas que es el riesgo de país; en otras palabras, cuál es el riesgo de inversión.

Cuando esa calificación baja, pues el apetito es menor o, por lo menos, el grupo de inversores dispuestos a participar es inferior. Creo que es ahí donde se ha visto, por ejemplo, la verdadera fortaleza de nuestras compañías para salir y lograr emisiones exitosas. Y eso tiene que ser un motivo de orgullo para todos, porque este año, por ejemplo, vimos emisiones como las de la Davivienda y Sura, que fueron exitosas.

Eso demuestra varias cosas; primero, las fortalezas de estas compañías; y segundo, que las grandes empresas colombianas se han ido convirtiendo en multilatinas y con ello empiezan a romper un poco el techo soberano. Obviamente la calificación de riesgo importa, pero, también la diversificación entre países, aspecto que ven favorable.

Curiosamente, es un mercado que se pudo haber movido más, pero hemos tenido casos exitosos en un entorno que no necesariamente era amigable a esos desenlaces. Y eso es un espaldarazo del mercado a compañías colombianas.

¿Qué opina usted de la regulación de la tasa de usura y cuál está siendo su impacto en la inclusión financiera?

Yo sinceramente creo que, por la situación particular de Colombia, la tasa de usura tuvo su importancia y su momento específico y eso, obviamente, permitió que la industria financiera se desarrollara de diferentes formas. Pero, hoy en día, creo que su utilidad es muy limitada y tiende a cerrar el acceso de otras personas que podrían ofrecer financiación en Colombia, pero que no lo hacen, precisamente, porque encuentran esa limitación.

Eso lleva a un problema grande, que es lo que debería motivar que se revise la tasa de usura: un mercado informal de prestamistas, en el cual hay prácticas de todo tipo, como el famoso gota a gota que, desde un punto de vista social, es una práctica más traumática de otorgar crédito para los deudores. A diferencia de si hubiera un sector formal que pudiera prestar, entendiendo cada uno de los tipos de riesgo y a tasas de mercado que no necesariamente estuvieran reguladas.

También, en este momento, es clave que el número de posibles financiadores ha aumentado; realmente hay entidades dispuestas a entrar a Colombia y prestar en ciertos mercados, pero que, al encontrar esa regulación, sencillamente no lo hacen. Entonces, creo que hay trabajo por hacer y ahí Colombia tiene una asignatura pendiente, en cuanto a, ojalá, eliminarla o regularla, por lo menos de una manera que evite que el recurso del gota a gota sea más utilizado.

¿Cuál es el balance de Cuatrecasas en el primer semestre del año?

Sorprendentemente nosotros alcanzamos a pensar que, por una coyuntura particular que estaba atravesando el país, de pronto, el nivel de trabajo que tendríamos al cerrar el primer semestre de este año, no sería el que tuvimos, que terminó siendo muy superior. Hubo proyectos y hubo financiaciones, pese a que a que tuvimos que reestructurar algunos que, eventualmente, entraron en crisis por diferentes razones, o compañías que entraron en procesos de insolvencia.

También, se debe decir, aunque no es un motivo de felicidad, que la actividad litigiosa ha aumentado, no solo en la jurisdicción ordinaria, sino también arbitral. Entonces, honestamente, ha sido un semestre muy bueno.

En cifras, ¿cuánto vendieron en este periodo y con cuánto proyectan cerrar el año?

Yo creería que, en este momento, estamos creciendo muy saludablemente a dos dígitos por encima de tasas de 15% a 16%. El año pasado, tuvimos ventas de alrededor de $56.000 millones y en el primer semestre cerramos más o menos 50% de esas ventas. En este momento, ese nivel, ha crecido más o menos entre 20% a 25%, que es el crecimiento con el que esperamos terminar el año, que eso es bastante.

Usted fue reconocido como el abogado del año en la última edición de The Legal 500, ¿cómo se logra eso?

Yo te diría que el ejercicio de ser abogado es una combinación de muchas cosas; más allá del entendimiento de la ley, muchas veces debe ser psicólogo y ser empático con los conflictos que se presentan. También tiene que tejer puentes para que las negociaciones sean exitosas, o para que las disputas se resuelvan de una buena forma.

Ahora bien, en un contexto en el que hay una coyuntura política que se puede calificar de compleja, como la disminución de la calificación de riesgo país, pues eso tiene un efecto que y es que, eventualmente, hay menos inversionistas o que llegan unos aprovechados. Entonces, en esos escenarios, al final del día, el abogado se vuelve un guía que tiene que poner las normas por un lado, pero también considerar riesgos políticos o económicos de una situación específica.

¿Qué operaciones cree que fueron claves para obtener ese reconocimiento?

En operaciones que yo llamaría transformacionales para el país, ahí es donde está la clave. Recientemente, todos vimos las fotos de la llegada de los vagones del metro de Bogotá, esta fue una operación en la que tuve la oportunidad de asesorar al concesionario del metro en la consecución de los recursos. Y, pese a las críticas, creo que va a cambiar significativamente la vida de los colombianos.

*Invitada por Asobancaria