Fracturamiento hidráulico, una técnica con futuro y polémica
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Los hidrocarburos en yacimientos no convencionales (Hync), como se explicó en anteriores publicaciones, son aquellos hidrocarburos que su acumulación no responde a un sistema tradicional de confinamiento y que requieren una técnica especial para su extracción. LosHync se extraen utilizando tecnología diferente a la utilizada en la explotación de petróleo y gas convencionales, según la particularidad de cada recurso. Una de las técnicas más conocida y utilizada para extraer el shale gas y el gas metano en depósitos de carbón es el fracturamiento hidráulico o “fracking” que consiste en la inyección de una mezcla de fluidos (agua, arena y químicos) en pozos para crear fracturas en las rocas y permitir la liberación del gas.
La técnica de fracturamiento hidráulico, brevemente, consiste en la introducción de un fluido altamente viscoso, con el objetivo de generar canales de flujo (fracturas) y colocar un elemento de empaque (arena) que permita incrementar la conductividad de la formación y, por ende, el flujo de fluidos hacia el pozo. Se realiza una perforación vertical entre los 100 a 3.000 metros y varias perforaciones horizontales en las cuales se inyectan los grandes volúmenes de substancias.
La finalidad de inyectar grandes cantidades de fluidos es la creación de canales en la roca la cual mejora su permeabilidad. El primer fracturamiento se realizó en Kansas a finales de 1940 y el propósito fue incrementar la producción de un pozo marginal. Se estima que en la actualidad se bombean entre 200.000 a 500.000 galones de fluido y 500.000 a 1.000.000 de libras de arena.
Respecto a los fluidos que son inyectados en el subsuelo para generar la presión necesaria para lograr el fracturamiento de la roca, se elaboran a base de agua con una mezcla de químicos para asegurar la eficacia de la operación y prevenir daños a la formación, en una combinación que es diseñada por cada empresa para cada proyecto según sus conocimientos y necesidades.
El fracturamiento hidráulico ha despertado el interés de muchos países alrededor del mundo por los beneficios que genera. En primera lugar, cada vez más se está usando esta técnica para obtener recursos naturales y con ello producir energía. En los Estados Unidos de América su utilización ha aumentado de manera vertiginosa en las últimas dos décadas. En noviembre y diciembre de 2012, la producción de petróleo alcanzó el volumen más alto en los últimos 20 años e igualmente la producción de gas incrementó de 8% en el 2007 a 30% en el 2011. En segundo lugar, los beneficios económicos que se generan son impresionantes, no solo por la creación de trabajo, sino también por la reducción en los costos de la energía y la dependencia de las importaciones para el abastecimiento interno.
Finalmente, por la reducción de gases respecto al efecto invernadero, estudios realizados a cargo del Departamento de Energía (EIA) en los Estados Unidos han demostrado que los gases no convencionales están ayudando a reducir dicho efecto, al sustituir productos con mayor impacto.
Ahora bien, las preocupaciones en torno al fracturamiento hidráulico se han centrado en las potenciales consecuencias ambientales. Organizaciones como Greenpeace han señalado una posible contaminación de las aguas subterráneas, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero en el proceso productivo, terremotos por sismicidad inducida, contaminación acústica, impactos paisajísticos, excesivo tráfico de camiones para transportar el gas extraído, consumo de agua y ocupación del territorio.
No obstante que las dos posiciones sustentan sus argumentos con estudios técnicos de diversa procedencia, lo cierto es que las autoridades prestan cada día mayor atención a los proyectos con esta técnica, hasta el punto que algunos Estados lo han prohibido y otros imponen restricción de áreas y condicionantes que obligan a revelar detalles de los fluidos y las operaciones industriales.
Los Estados que la aprueban, toman ventaja en lograr el beneficio del recurso natural asumiendo una vigilancia de las actividades industriales y confiando en un manejo adecuado del desarrollo sostenible.