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Hay 22 congresistas mayores de 60 años en campaña para mantener sus curules este año

23 de enero de 2014

Germán Corcho Tróchez

Canal de noticias de Asuntos Legales

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El conservador Roberto Gerlein Echeverría y el integrante del Polo Democrático Alternativo, Carlos Navas Talero, podrían convertirse en los senadores de mayor edad vigentes en el Congreso, si resultan reelegidos en las elecciones de marzo próximo.

Talero acabaría con 77 años la legislatura 2014; y Gerlein, con 80 años y completaría 40 en el parlamentario, convirtiéndose en el más longevo en una curul.

Y como ellos, 20 parlamentarios con 60 años de edad o más están en campaña para mantener sus investiduras: 11 senadores y 9 representantes a la Cámara, que equivalen a solo 8,2% de las 268 disponibles en las dos corporaciones.

Laura Wills Otero, directora del proyecto Congreso Visible de la Universidad de los Andes, cree normal que hayan estos casos. “No es tan altísimo el porcentaje de la gente mayor, lo que quiere decir que hay un espacio para caras nuevas”. Y advierte que los parlamentarios no deben ser calificados por su fecha de nacimiento, sino por su labor.

“No por el hecho de que tengan larga trayectoria y buscan una reelección, deberíamos juzgarlos con un aspecto negativo: más bien, se trata de evaluar si cumplen con la agenda programática que anunciaron y por lo que están haciendo”, agrega.

LR comparó las listas de aspirantes inscritos ante la Registraduría Nacional con la base de datos en la web de Senado, Cámara y Congreso Visible. El resultado es que el Partido Conservador, con ocho, y el Liberal y La U, con cinco cada uno, son las colectividades con congresistas-candidatos de la denominada tercera edad, o ad portas de esta. Siguen Cambio Radical y el Polo Democrático Alternativo, ambos con un par.

En el mismo cotejo, pudo determinarse que otros 11 parlamentarios contemporáneos a los anteriores han decidido que participaran de la próxima contienda. En ese grupo sobresalen los senadores Fuad Char Abdala, de Cambio Radical, y Jorge Aurelio Iragorri Hormaza, de La U, los dos con 76 años cumplidos.

El politólogo, Germán Sahid Garnica, docente de la Universidad del Rosario, coincide con Wills en que en la mayoría de los casos no son relevantes las edades en la medida en que se quieran hacer evaluaciones.

No obstante, el especialista opina que algunos sí son ejemplo de como ciudadanos no logran deshacerse del poder, sino por el contrario se amarran a este. “El senador Jorge Iragorri duró 30 años en el Congreso. Sería bueno mirar qué tanto le aportó al Cauca, su departamento”.

Algunos hacen carrera
Para analizar el mapa 2014-2018 del parlamento hay que incluir por igual a dirigentes que no están hoy en sus puestos, pero que ya estuvieron y pretenden regresar: Álvaro Uribe Vélez, Horacio Serpa Uribe y Antonio Navarro Wolff, tres nombres con altas posibilidades de conseguir nuevamente un escaño en el Senado de la República.

Para analistas, el expresidente Uribe Vélez, de 61 años, es quien más ha movidos los cimientos electorales. Empezando porque es el primer exmandatario nacional que regresa a la arena, para aspirar al Congreso.

Juan Carlos Gómez, director del Observatorio de Medios de la Universidad de La Sabana, sostiene que el líder del Centro Democrático es el mejor ejemplo de cuán pragmático se ha vuelto el poder político. “Antes hablábamos de ideología. Hoy priman son los personalismos políticos, lo que llaman la privatización de la política. Por eso, necesitan mantenerse en el poder”.

Serpa quiere regresar con 71 años a una corporación que lo vio nacer como dirigente nacional. Exconstituyente de 1991, exministro, dos veces excandidato presidencial del liberalismo y exgobernador de Santander. Como Uribe, poco daban por hecho que se reencauchara para pelear una curul.

Y Navarro, de 68 años, carga en su hoja de vida con un amplio recorrido público: también exconstituyente y excandidato a la jefatura de Estado, exgobernador de Nariño y exalcalde de Pasto. No obstante de que en encuestas aparezca con opciones de presidenciable por la Alianza Verde.

Uribe, Serpa y Navarro, sin embargo, encajan en lo que la directora de Congreso Visible denomina líderes con trayectoria de larga duración en la vida pública. Wills sostiene que los tres, y algunos de los 22 que oficializaron su candidatura, son muestra de que hace parte de la naturaleza y las estrategias de los partidos cultivar figuras con experiencia.

“Si tienen una trayectoria larga, pueden aportarle a la agenda. Saben cómo es el juego y se especializan en temas que los llevan a manejar una agenda. La experiencia es positiva en algunos casos, otros sí se quedan en los laureles y tienen una votación, pero eso no significa que tengan un rol importante”, dice Wills.

Sahid concluye que las calificaciones a partir de la edad deben ser cuidadosas, para no caer en discriminaciones. “Es saber qué tan sanos son para la democracia y la entidad territorial que representan. Si hay un impacto positivo entre su duración en el cargo y el departamento que confió sus intereses”.

La edad no debe ser entonces impedimento para llegar al Senado o la Cámara, pero mucho menos una excusa para la prolongación de prácticas que en nada convienen a los electores.

Los 11 que se van
Otros congresistas mayores de 60 años que dejan su curul son los senadores del Polo, Luis Carlos Avellaneda, de 62, y Parmenio Cuéllar, 71; Marco Avirama, 68, senador de la Alianza Social Independiente (ASI); por La U, el representante Jairo Quintero, 63, y el senador Jorge Ballesteros, 65; los representantes liberales Pablo Salamaca, 65, y Consuelo González, 63, y su compañero senador Luis Fernando Duque, 61; y John Sudarsky, de 66, senador de la Alianza Verde.

Las opiniones

Laura Wills Otero
Directora de Congreso Visible

“Hay que juzgarlos por lo que están haciendo o dejan de hacer, no por edades. A partir de esa información, se podría decir si ha hecho grandes aportes o merece buscar otro lugar porque ya no cumple con objetivos”.

Germán Sahid Garnica
Profesor de la Universidad del Rosario

“Finalmente no es relevante en la medida de hacer evaluaciones. Por la Constitución, cualquier ciudadano colombiano puede lanzarse a las urnas. La edad no es un impedimento jurídico-político”.