La denominación de origen demuestra la calidad de los productos a comercializar

Este tipo de protección otorgado por la Superindustria solo se puede utilizar luego de una evaluación que determina el producto .

Diego Alejandro Ospina Henao

Las personas naturales o jurídicas pueden presentarse ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), para solicitar el registro y la protección de marcas o productos. Varias herramientas como la propiedad industrial o el derecho de autor, que abarca recetas, partituras de canciones o todo lo creado por el intelecto humano, son buenas opciones para protegerse dentro del mercado. También existe otra manera peculiar de dar protección y se llama denominación de origen.

¿En qué consiste la denominación de origen?

En la página de la SIC dice que la denominación de origen es “el nombre o indicación de un lugar geográfico, que puede ser un país o región determinada, que designa un producto que por ser originario de dicha región y por las costumbres de producción o trasformación de sus habitantes, tiene unas características y/o reputación que lo hacen diferente de los productos semejantes provenientes de otros lugares geográficos”.

Además, la Superindustria recalcó que las personas interesadas en recibir esta protección, deben demostrar un legítimo interés en esta medida y tiene que dedicarse directamente a la extracción, producción, elaboración del producto o productos que pretende amparar la denominación de origen.

¿Cómo se otorga esta protección a los productos?

Para poder obtener este título, la SIC pone cuatro requisitos para dar la denominación de origen a algún producto: el primero, como se mencionó, es que quienes lo soliciten, deben demostrar un legítimo interés al formar parte de entidades que estén compuestas por los productores, elaboradores, transformadores o extractores que demuestren una verdadera dedicación con el producto.

El segundo es que la zona geográfica tiene que ser reconocida a nivel general, para que los productores o distribuidores del producto lo pongan dentro del mercado, los consumidores relacionen directamente el nombre con el lugar geográfico de donde proviene.

Para el tercero, se hace referencia a que las características de los productos deben ser especiales en cuanto a su calidad, la reputación, la tradición o demás factores que lo hagan especial como el clima, que tenga una apariencia específica o que su manera de producción sea única. Es decir, que los artesanos o agricultores, lo hagan de una forma “muy única” de su comunidad.

Por último, debe existir una justificación entre el lugar geográfico y las calidades, reputación, tradición y demás elementos del producto como los factores humanos y naturales que son claves para la elaboración del producto.

¿Cuáles ventajas puede traer esta protección?

La Superindustria, a través del manual de uso del sello de denominación de origen, establece una serie de beneficios que recibiría el producto si se le otorga este título. Algunos de estos son: Mejora del bienestar de los consumidores y productores mediante la indicación de calidad. Las denominaciones de origen reconocen la relación entre la reputación, la calidad o cualquier otra característica de un producto y su procedencia geográ­fica. Esta protección les confi­ere el derecho de uso exclusivo a los productores de una región delimitada.

Además, mejora el acceso al mercado a través de la diferenciación y la creación de valor, y los responsables pueden adentrarse dentro de un mercado con un nicho más específico. Estas solo son algunas de las ventajas que da la denominación de origen.


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