La suspensión de los diálogos de paz dejó ganadores y perdedores entre los actores
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El proceso de paz como tal es el principal ganador, porque se demostró que las partes pese a no estar sentadas hoy, desde el primer momento en que se anunció de la suspensión de la negociación, dejaron en claro que lo alcanzado en los dos años de trabajo indica que el proceso ya está maduro, que se ha avanzado como nunca antes y que, sobre todo, hay seriedad de ambos lados, pero en especial de la insurgencia. Ganador también se le puede considerar a la comunidad internacional que demostró, nuevamente, que acompañan ese cometido nacional por la terminación del conflicto. En particular el papel jugado por los países garantes Cuba y Noruega, al acercar a Gobierno y Farc en ese momento crítico, igualmente se llevan aplausos.
En un grupo intermedio están varios de los protagonistas del proceso de paz, porque por un lado ganaron, pero por otro fueron perdedores. El Presidente Juan Manuel Santos ganó por un lado, porque demostró que la negociación va por buen camino y que pese a las críticas, en especial de la permanente que le hace la oposición, puede seguir adelante. Perdió porque la suspensión dilató por más de dos semanas el trabajo de la mesa, también porque dejó que la guerrilla se mostrara más e incluso que fuera protagonista principal en toda la solución que tuvieron los secuestros. Un aspecto más, pero que aún es incierto, son las razones por las cuáles se dio el secuestro del General Alzate.
Las Farc ganaron en cuanto a que demostraron que tienen unidad y mando en todas sus tropas, tema que siempre ha sido uno de las dudas que se tienen sobre el real compromiso de la insurgencia con el proceso de paz. La rápida liberación mostró que actuaron políticamente. Y perdieron porque siguen usando el secuestro como un arma de su accionar.