Los colombianos eligen nuevo presidente en las elecciones más reñidas de la historia reciente
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En esta definitiva segunda vuelta, donde el ganador se podría definir por un solo voto debido a que las diferencias en intención de voto entre los dos son mínimas, no solo se elegirá al mandatario para los próximos cuatro años, sino que, a juicio de los analistas, está en juego el futuro del país, que hoy gira en torno a la paz.
De hecho, la paz fue el tema bandera tanto del candidato presidente Juan Manuel Santos, como de Óscar Iván Zuluaga (ganador de la primera vuelta por un poco más de 450.000 votos), pero desde orillas distintas y con visiones opuestas.
Santos que llega respaldado por los partidos de la Unidad Nacional y un amplio sector de la izquierda, entre ellos el Polo, hace año y medio inició diálogos con las Farc, en La Habana, donde ha logrado varios avances.
Mientras Zuluaga, apoyado por el Centro Democrático, conservadores y líderes de otras fuerzas, se mostró como el más fuerte crítico y opositor a la paz, lo que polarizó y dividió al país, como quedó demostrado en el resultado de la primera vuelta presidencial. Bajo ese marco se llega otra vez a estos comicios.
Para el politólogo Fernando Giraldo, profesor en la Universidad Javeriana, “si Santos gana se termina refrendando el proceso de paz”. “Pero si triunfa Zuluaga, el sentimiento general es que se romperá, o al menos se le pondrán condiciones complicadas para las Farc que pueden terminar rompiéndolo”.
Un planteamiento similar tienen otros analistas. El politólogo y profesor de la Universidad Nacional, Alejo Vargas, señala que un triunfo del presidente Santos garantizaría la continuidad de las conversaciones.
Mientras que Vicente Torrijos, profesor de la Universidad del Rosario, asegura que si gana Zuluaga “se daría un proceso de condicionalidad absoluta y a las Farc sólo quedaría someterse a los condicionamientos de Zuluaga o simplemente romper el proceso”.
La excongresista Yolima Espinosa, a su vez, dice que la ciudadanía debe entender que está en juego el futuro de Colombia “y que hay derecho a construir una nueva sociedad, que sea más incluyente y que ahí la paz juega un papel primordial”.
Y la politóloga Marcela Prieto es clara al afirmar que las elecciones del domingo no son realmente entre Zuluaga y Santos. “Es de quienes le temen a Uribe contra quienes les temen a las Farc”.
No obstante que la paz está en el centro de la contienda electoral, la comunidad también se juega en este debate aumentar el alcance de los beneficios de una economía en crecimiento, como es mejorar la calidad de vida, tener más oportunidades de empleo, mayores ingresos, un buen sistema de salud y que sus hijos accedan a una mejor educación, temas que durante la contienda presidencial no estuvieron muy presente en la agenda de los candidatos.
Eso explicaría, según los analistas, las cifras récord de abstención en la primera vuelta presidencial que marcó el 60%, ya que solo votaron 13.216.402 personas.
Para convocar a las urnas a los indecisos, consideran los expertos, es clave el aporte de las maquinarias electorales, a las que apelarán tanto Santos, que ganó en las costas Pacífica y Caribe y en el sur del país, como Zuluaga, que venció en el centro del país y ciudades como Bogotá y Medellín. El voto de opinión también tendrá un peso significativo.