“Ninguna escuela de derecho forma corruptos. Es una actitud endémica”

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En la actualidad, según cifras del Ministerio de Educación, hay más de 136.000 estudiantes matriculados en las facultades de derecho, de los cuales solo unos 800 hacen parte de la Universidad Nacional de Colombia, a pesar de ser una de las facultades con más trayectoria del país. AL habló con Genaro Sánchez, decano de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la Nacional, quien se refirió a la corrupción en las altas cortes y los retos actuales de la enseñanza.

¿Cómo ha evolucionado la enseñanza del derecho?
Hace muchos años, cuando empezó la cátedra era eminentemente magistral. Hoy en día, aunque el modelo catedrático subsiste, ya no solo responde a la transmisión del conocimiento, sino también de creación, y eso se hace investigando.

¿Qué es crear conocimiento en el derecho?
El derecho está en constante evolución. La Constitución actual colombiana marcó el comienzo de un nuevo derecho: el derecho moderno. Estudiantes y profesores miran ese nuevo modelo, y cómo responde a las necesidades jurídicas actuales. Como por ejemplo la reforma del aparato judicial: eso lo debe responder en gran parte la academia. Después de investigar sobre el tema puede dar unos modelos para diseñar un aparato judicial nuevo.

¿Cómo ve el panorama actual de las facultades de derecho?
Hay un caos general en la educación superior, no solo en cuanto a facultades de derecho, sino a muchas ramas de la ciencia. Han proliferado las facultades, y uno quisiera que todas fueran de alto nivel, aunque a veces no es así. Hay que hacer una reforma para que no hagamos de la educación un negocio. Tengo la percepción de que cuando pasa eso, los resultados no son los mejores.

¿Cuál es la responsabilidad de las facultades de derecho sobre el comportamiento ético de sus egresados?
Ninguna facultad de derecho prepara corruptos. Todas las facultades se cuidan en la enseñanza de la ética, pero hay corruptos en todas las áreas en todo el país. Es una cuestión endémica que hay que combatir con la formación también desde el hogar y continua, acabar ciertos esquemas difíciles de romper que son más una cuestión sociológica, no tanto legal.

¿Hay diferencias entre un abogado egresado de una institución privada de una pública?
La primera diferencia es que esta facultad no es masiva: salen unos 60 abogados al año. El estudiante de derecho de la Universidad Nacional tiene una conciencia social, y si no la tiene, aquí la adquiere. De ahí que nuestros egresados van a la rama jurisdiccional, a las Altas Cortes, a la Fiscalía, nos desempeñamos mucho ahí. El egresado de otras universidades tiene campos de acción diferentes, mucho más abiertos. Es más, cuando el sistema para optar por los cargos de altos magistrados sea de concurso público y abierto, esas altas cortes se van a llenar de egresados de las universidades públicas. Mientras eso no ocurra, el sistema impide que las universidades públicas tengan acceso a esos cargos, no creo que sea por la formación.

¿A qué se debe entonces problemas como el del Cartel de la Toga en la Rama Judicial?
Es una desgracia que en un país la justicia se corrompa. La corrupción ha permeado diferentes capas sociales en el país y la justicia no fue ajena a eso, desgraciadamente. Repito: cuando todo el sistema de justicia sea de concurso público y abierto eso va a cambiar. No es la única solución, pero que no toda sea de concurso abierto da lugar a que se creen, creo, grupos de presión que hacen que todo el aparato se mueva en torno a ellos y da lugar a fenómenos de corrupción.

¿Las grandes firmas de abogados sí contratan egresados de la universidad pública?
No es sino que un bufete contrate un abogado de la Universidad Nacional para que se den cuenta que es tan competente como otro de cualquier universidad privada. Y cada día trabajamos más en eso, antes no se internacionalizaba a los abogados en su formación, ahora sí.