“No podemos volver a la guerra”: Humberto de la Calle
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De la misma manera, ve con preocupación hechos como los que se han venido presentando en el sur de Bolívar y en Tumaco con guerrilleros de las Farc, por lo que reclama urgencia y grandeza frente a la posibilidad de terminar un conflicto de más de medio siglo.
Y aunque no se pronuncia frente a mecanismos como el ‘fast track’ que está en estudio en la Corte, o sobre el mecanismo para refrendar el acuerdo, por ser una decisión que deben tomar el Gobierno y la guerrilla, confía en que se inclinen por la salida más rápida, para que no se vaya a ‘quemar el pan en la puerta del horno’.
Ha pasado poco más de un mes desde que el ‘No’ ganó en las urnas. ¿Cómo está su optimismo frente a lo que pasó después y ante lo que viene?
Sigo siendo optimista. Lo que sucedió es que hubo un mensaje que reconocimos en el primer comunicado conjunto después del 2 de octubre, en el que señalamos que había que hacer ajustes y precisiones, que se hicieron. Oímos por largas horas de trabajo a voceros del No, recogimos todas sus inquietudes, las miramos a profundidad, las organizamos por capítulos. Las Farc entendieron el mensaje y abrieron sus mentes. Así logramos cambios sustanciales en el acuerdo, no todos, pero recoge la mayoría del sentimiento que nos transmitió los del ‘No’.
Muchos dicen que el acuerdo no es nuevo…
Lo que puedo decir ante eso es que tenemos un acuerdo genuinamente nuevo, es realmente la oportunidad para terminar este proceso de conversaciones y comenzar rápidamente la fase de implementación.
¿Cómo percibe lo que sucedió en el sur de Bolívar y lo que se está investigando en Tumaco, por delitos de quienes serían guerrilleros de las Farc?
Este tema es muy serio y muy grave. En este momento hay una investigación por parte del mecanismo tripartito. Siempre hemos transmitido la idea de que estamos muy cerca, y no es que hagamos propaganda, es realidad. Todo está en la puerta del horno, pero es muy frágil. Todo esto puede echarse para atrás, y esto sería una tragedia nacional. No podemos volver a la guerra, tenemos que obrar con altruismo, aunque sé que habrá discrepancias, pero tenemos que dar el paso hacia la refrendación y la implementación de los acuerdos.
Este viernes se reunió el mecanismo tripartito para evaluar lo sucedido en el sur de Bolívar. ¿Quién decide si se violó o no el cese al fuego y qué sigue?
Lo que primero sucede es esclarecer con absoluta honestidad qué fue lo que ocurrió, las partes buscarán correctivos. El desenlace es que entre ambas partes, contando con la ayuda de Naciones Unidas, se superen las dificultades que llevaron a este incidente.
¿Cuánto puede aguantar esta situación entre las partes?
Mientras no se concluya el proceso y se empiece con la implementación… Mientras la guerrilla no esté en las zonas veredales donde tengan todas las garantías y empiece el desarme, para en el día 181 poder empezar la reincorporación de las Farc a la vida civil, es claro que la fragilidad es muy grande. La refrendación debe darse rápidamente, debemos superar la discusión entre colombianos… con respeto por las ideas ajenas. Puede que no nos pongamos de acuerdo en todo, pero no podemos quedar atrapados en un remolino sin salida.
Cuál es la solución…
Continuar el camino de la reincorporación.
El lunes se reúnen ustedes con los líderes del ‘No’. ¿Qué esperan que pase ese día?
Desde el regreso de La Habana hemos estado dispuestos para esta reunión. Esperamos que nos oigan, que podamos explicar a fondo cuáles fueron los cambios y cuál es su dimensión.
Seguro habrá diferencias…
Habrá personas que insistan en que las Farc no ingresen a la política hasta que paguen cárcel, lo cual es muy respetable, pero este ya no es el momento para esas discusiones. Confío que logremos superar esta coyuntura y demos el paso para entrar rápidamente a la implementación de los acuerdos y evitar así los riesgos de que esto se retrotraiga y se reinicie la confrontación armada.
¿Qué sectores de los que estaban contra el acuerdo han cambiado de pensar?
Hay unas vocerías políticas y una sociedad civil que tienen posiciones diferentes. Creo que la sociedad civil ha tenido una receptividad muy positiva frente al nuevo acuerdo. Tuvimos reuniones muy constructivas con la Iglesia Católica, lo mismo que con comunidades cristianas; también tuvimos reuniones muy positivas con el Consejo Gremial, entre otras. Noto que hay casi unanimidad en cuanto a considerar que el acuerdo es genuinamente nuevo. Eso de que era maquillaje, fue una frase infortunada de un par de personas.
¿Cuál es el llamado para los colombianos?
Necesitamos no quedarnos entrampados en el pasado. Cada quien tiene que hacer un grado de renunciación. Nosotros, como Gobierno, pese a haber dicho que el acuerdo inicial era el mejor posible, fuimos a La Habana y explicamos con toda lealtad lo sucedido.
¿Cómo fue la primera reacción de las Farc tras su regreso a intentar renegociar?
Quiero reconocer que la guerrilla trabajó de manera disciplinada, estuvimos reunidos más de 130 horas, casi siempre terminamos después de medianoche, se hicieron cambios importantes y hubo cooperación para introducir esos cambios. Este es el momento de entrar a implantar el acuerdo. Creo que las objeciones son respetables, pero no podemos quedarnos atrapados en esta coyuntura.
Después del 2 de octubre de octubre, en una entrevista con La República, Juan Carlos Vélez Uribe dijo abiertamente que previo al plebiscito hubo una campaña de desinformación y engaño. ¿Le preocupa que ahora se haga una campaña similar?
Hemos tenido la oportunidad de explicar las innovaciones, los cambios y no he encontrado una campaña de mentiras. Me parece que la gente sí está entendiendo. Ojalá todo esto de las mentiras sea algo del pasado.
De los puntos ajustados o renegociados, ¿cuál fue el que más controversia causó?
El tema más difícil fue el de la restricción de la libertad. Ahí hubo innovaciones importantes, pues se señaló una dimensión física de los sitios donde van a tener lugar las acciones reparadoras, zonas del tamaño de una vereda. Segundo: se fijó una residencia para cumplir la sanción y una monitoría seria que les dé garantías a los colombianos de que las sanciones se están cumpliendo. Llegar a esto fue tremendamente difícil. El tema que no se pudo negociar fue el de la elegibilidad de las FARC. Ahí no hubo forma de moverse en ninguna dirección.
De los líderes del ‘No’, ¿quién cree usted que fue el más reacio a entender lo que se renegoció; qué punto cree que no van a aceptar?
No puedo hacer predicciones, pero quiero decir que hemos encontrado en el doctor Álvaro Uribe una actitud respetuosa, tengo que reconocerlo. De los que representaron del Centro Democrático, igualmente: El doctor Duque, el doctor Trujillo y el doctor Zuluaga han hecho un ejercicio muy serio. Por el lado de los enviados del doctor Pastrana, tuve una reunión con Camilo Gómez muy satisfactoria. La doctora Martha Lucía Ramírez ha hecho un trabajo muy serio, ella ha sido muy cuidadosa y disciplinada. Tengo que transmitir que nos hemos entendido muy bien, sé de su interés por buscar soluciones, reconozco ánimo patriótico a pesar de las diferencias. El llamado es a superar la discusión y consolidar la dejación de armas, que es esencial para Colombia.
Y Alejandro Ordóñez…
Ha hablado poco…
Pero sigue siendo muy crítico…
No tengo ninguna opinión sobre eso.
Desde el ‘No’ se siguen presentado reparos…
Justamente lo que quiero el lunes es tener la oportunidad de explicar lo acordado, porque considero que hay percepciones erróneas. Creo tener las respuestas suficientes para resolver esas dudas, naturalmente recibiremos esas inquietudes con todo respeto. Entre más base de apoyo tenga el acuerdo es más sólido y eso les conviene a Colombia, al Gobierno y a las Farc.
¿Qué decirles a quienes parecieran querer una renegociación nueva?
No veo espacio para una renegociación, no veo tiempo para ello. Creo que realmente llegamos al límite, el mismo Iván Márquez lo dijo la noche de la firma de este nuevo acuerdo, cuando señaló que esta guerrilla ha llegado a puntos a los que difícilmente se puede llegar.
Se dijo que no se podría alcanzar un nuevo acuerdo, pero sí se logró, se hicieron cambios que usted dice hacen de este un mejor acuerdo. ¿Creen que en algo fallaron en cuanto al acuerdo del 26 de septiembre?
Dije que ese era el mejor acuerdo posible, pero también advertí que era susceptible de críticas, eso se dijo sin arrogancia, porque era el mejor acuerdo en cuanto permitía ponerle fin al conflicto. ¿Cómo mide uno la bondad de un acuerdo? Por su eficacia; si pone fin al conflicto, es un buen acuerdo.
¿Hoy cómo ve el triunfo del No?
Luego del 2 de octubre se dieron ideas nuevas, todas positivas. De ahí recogimos elementos buenos para Colombia. Si salimos de esta discusión coyuntural, éste segundo acuerdo será mejor. Lo que no puede pasar es que después de haber incorporado muchas de las ideas del No, no seamos capaces de dar el paso hacia la implementación.
¿Qué decirles a quienes reclaman justicia en el marco de este acuerdo?
La existencia de una justicia transicional autónoma e independiente obedece a varias necesidades. La justicia transicional tiene sus características propias y en ese sentido funciona diferente a la ordinaria. En este caso la justicia tiene un amplio efecto reparador, son sanciones que se basan más en la reparación que en la cárcel. Lo que queremos es satisfacción para las víctimas y no un pijama a rayas y barrotes; eso exige autonomía.
¿En el polémico tema de la justicia qué se logró?
Se logró articular todo eso sin renunciar a la autonomía de la jurisdicción y articularla con la jurisdicción ordinaria. Así las tutelas van a ser revisadas por la Corte Constitucional, eso es una manera de vincularse a elementos de la justicia ordinaria. Segundo: las sentencias de la Corte Suprema de Justicia, las que no correspondan a combatientes, podrán ser revisadas por la Corte Suprema. Se aclaró que la competencia en materia de reparaciones a cargo del Estado le corresponde al Consejo Estado.
El presidente del Consejo de Estado ha cuestionado las facultades dadas al Consejo Superior de la Judicatura…
El propósito de eso fue permitir que, en caso de presentarse un conflicto de jurisdicciones entre la justicia ordinaria y la especial, esos conflictos fueran resueltos por una institución neutral.
Llegó diciembre, el Congreso se va de vacaciones… ¿Cómo están los tiempos para la implementación?
Quiero insistir en el sentido de urgencia, no sólo por el cronograma que se viene. Me parece que a veces hay cierta miopía en algunos sectores que piensan que las Farc ya no existen, que se rindieron o que están en claudicación. Aquí hay riesgos para Colombia, no se trata de hacer propaganda, ni de exagerar. Pero si lo sucedido en el sur de Bolívar y en Tumaco empieza a reproducirse, todo esto puede estallar en mil pedazos.
¿Cuál debe ser el mecanismo para la refrendación?
Ojalá sea uno sencillo, hay varias posibilidades, pero no voy a especular cuál será el escogido… Eso hay que discutirlo con las Farc y no solo desde la perspectiva del Gobierno.
Y el día D…
Eso es lo que toca definir para poder comenzar un proceso de implementación en lo legal en el Congreso y también en la realidad. Tienen que empezar a funcionar las zonas de concentración, terminar la movilización de las Farc, consolidar el mecanismo tripartito, llevar a cabo el desarme y tener listos para el día 181 los mecanismos de reincorporación de la guerrilla a la vida civil y a la vida ordinaria, fuera de la economía ilegal. Eso es urgente, esto no da espera.
¿‘Fast track’ o no ‘Fast track’?
La razón de haber adoptado en el acto legislativo un mecanismo especial no es, como se quiso decir, para atropellar a la oposición o por un deseo de acumular poder. Una guerrilla en proceso de desarme no puede estar a la espera de soluciones jurídicas. Por eso sería importante tratar de preservar ese procedimiento legislativo especial, pero eso es decisión de la Corte.
Roy Barreras y el abogado de las Farc dicen que por ser este un nuevo acuerdo hace que el acto legislativo esté vivo ¿es así?
No me voy a adelantar a las decisiones de la Corte, eso sería una falta de respeto.
La iglesia pide que no se refrende por plebiscito, para ahorrar dinero y hacerlo más rápido ¿cómo sería ese procedimiento?
Aquí tiene que haber una discusión sensata, hay que eliminar los excesos de discusión jurídica. Preocupa la tendencia de los colombianos a creer que uno escribe leyes y eso resuelve los problemas. Estamos en una realidad, negociamos con un grupo que tras medio siglo en armas, se va a desarmar para ingresar a la vida política, eso hay que facilitarlo; la refrendación tiene que tomar en consideración la búsqueda de un mecanismo, ojalá el más sencillo y más rápido posible.
¿Qué sensación tuvo usted de las Farc cuando se conoció el Premio Nobel de paz para el presidente Juan Manuel Santos?
Lo interpretaron como una noticia positiva para el proceso y fueron explícitos en decir que le daba un impulso al proceso.
¿Le preocupa en algo la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos?
No quiero especular sobre eso, me parece demasiado arriesgado. No sé, en la nueva política, qué lugar ocupa una situación concreta de Colombia, respecto de un conflicto con las Farc. Pero me parece que lo que tenemos que hacer es consolidar un proceso de implantación de una paz firme que la vuelve reversible.
¿La postura de las Farc de ajustar cosas al acuerdo es una clara decisión política?
Así lo he interpretado. Creo que entendieron el mensaje de los más de seis millones de votos por el No. Supieron interpretar eso y actuar en consecuencia. Me parece que es una actitud que difiere de la tradicional posición de las Farc, en la que eran absolutamente impermeables a cualquier voz de la llamada opinión pública.
¿Cuándo cree que esté firmado el proceso de paz y esté caminando?
Creo que eso ha de ocurrir este año. Pero insisto que terminar es a la vez comenzar, porque estos son eslabones. Quisiera que en diciembre hubiéramos resuelto todas estas discusiones jurídicas y estuviéramos yendo a la práctica. Me imagino que a partir de la terminación de las vacaciones de fin de año vamos a tener son nuevas responsabilidades y muchos más temas por resolver.
Cuando dice que vamos a tener nuevas responsabilidades, ¿quiere decir que va a seguir vinculado con el proceso?
Ya estoy terminando mi tarea. De ahí en adelante ya no soy responsable de lo que siga. Cuando digo que no soy responsable, me refiero a que no tendré la responsabilidad directa, pero aclaro que seré responsable de lo pactado.
¿Qué les dice a los colombianos?
Quiero registrar la generosidad de muchos colombianos para conmigo, incluso muchos de quienes han estado en desacuerdo, han tenido una actitud de respeto e incluso de agradecimiento por el esfuerzo.
¿Cómo cierra este ciclo?
Muy satisfecho, porque creo que se ha hecho una tarea importante, creo que hemos ganado mucho más apoyo para el acuerdo y francamente confío en que superemos esta coyuntura y caminemos hacia la búsqueda de terminar un conflicto de más de medio siglo.
¿Qué va a hacer en el corto plazo?
Descansar un tiempo.