Retos del reinicio de los diálogos de negociación entre el Gobierno Nacional y el ELN

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Ayer, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron que, desde la primera semana de noviembre, se reanudará los diálogos de paz que se suspendieron después del atentado contra la Escuela de Cadetes General Santander. Esto, con el apoyo de los países garantes, Cuba, Venezuela y el Reino de Noruega, a los que ambas partes agradecieron por su compromiso con la paz.

“Reinstalar la mesa de conversaciones con sus respectivas delegaciones. Retomar el conjunto de los acuerdos y avances logrados desde la firma de la agenda de marzo 30 de 2016”, dice la declaración conjunta, que agrega que la sociedad civil tendrá un lugar en la mesa de negociación.

"La participación de la sociedad en este proceso es esencial en los cambios que necesita Colombia para construir la paz”, dijeron las partes, lo que avivó las inquietudes sobre una eventual constituyente y el alcance que tendría esa participación.

Este intento de negociación, al menos el décimo entre el Estado y la guerrilla, "para de la condición de respeto a una historia de una organización, y de respeto a la Constitución de 1991", dijo el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda. A pesar del historial fallido, hay quienes consideran que este diálogo podría llegar a buen puerto en esta ocasión, por las coincidencias que hay entre las partes.

Por su parte Antonio García, líder del ELN, señaló que el reinicio de las negociaciones es posible por "las nuevas circunstancias políticas de Colombia" y agregó que “esa vía de buscar soluciones para buscar la paz de Colombia no solamente pasa por tema de las armas, sino atacar las causas que originaron el conflicto armado que son la desigualdad, la falta de democracia, la equidad social. También hay que hablar del tema de las armas del Estado, cómo las usa y para qué las usa”.

Los retos de la negociación

Uno de los retos que han destacado varios analistas tiene que ver con la presencia de Cuba como país garante, lo que podría generar tensión con Estados Unidos, en cuando la isla hace parte de la lista de países terroristas y se cuestiona la legitimidad de su gobierno. Ese, justamente, fue uno de los puntos de discusión entre el presidente Petro y Antony Blinken en su visita al país.

Otro elemento que ha generado discusión es el carácter del ELN, pues si bien es una guerrilla que surgió con unos ideales políticos, lo cierto es que hoy en día actúa, básicamente, como una organización narcotraficante. "Sostener que el ELN y las disidencias de las Farc son grupos que pretenden el poder político en defensa de las clases desfavorecidas no es solo una ilusión, es una ingenuidad”, dijo a Noticias RCN el exmagistrado Jaimer Arrubla.

"Si se logra el cese al fuego hay un ahorro político. Nos comemos el cuento de que son grupos políticos para hacer el proceso de paz, pero hay que reconocer que de eso les queda muy poco y esta es la última oportunidad que tienen. En el fondo no es una lucha por el poder, sino que son grupos delincuenciales explotando la actividad del narcotráfico", agregó.

Además, se ha cuestionado que los diálogos inicien sin un cese al fuego. “Los que se va acordando, se va cumpliendo. Hemos cumplido los protocolos con las responsabilidades del Gobierno y estamos en esa fase. El diálogo no puede ser una retórica, el diálogo en sí mismo debe expresar los cambios. Hay una evidencia de desescalamiento de sus actuaciones en varios territorios de Colombia”, dijo el comisionado de Paz. Eso, sumado a las declaraciones de García que apuntan a que el tema "va más allá de las armas".

Esto, sumado a la dificultad de que se trata de una organización delincuencial acéfala, o más bien, con varias cabezas, lo que hace difícil encontrar una línea de mando y jerarquía para negociar.