Secretaría informó estado de salud de menores heridas en siniestro vial de San Cristóbal
Dos de ellas están en UCI, una adolescente de 15 años por posible muerte encefálica y una niña de siete años por atención para neuroprotección
10 de noviembre de 2025Contenido
En horas de la noche del pasado 8 de noviembre, se presentó un grave siniestro vial en la localidad de San Cristóbal, en Bogotá, provocado por un taxista que se encontraba en estado de embriaguez, que dejó a 11 personas heridas, entre ellas cuatro menores de edad. Al respecto, la Secretaría Distrital de Salud dio el primer informe sobre el estado de salud de algunas menores.
Según el reporte del Hospital Santa Clara, dos se encuentran en Unidad de Cuidados Intensivos, UCI: una adolescente de 15 años, sobre la cual están en proceso de verificación de muerte encefálica, y una niña de siete años que está recibiendo atención para neuroprotección cerebral y estabilización general.
También indicó que la tercera menor, de 12 años, está en observación pediátrica porque se le diagnosticó trauma craneoencefálico leve y trauma en tejidos blandos. Pese a esto, su recuperación es satisfactoria. "Para su atención, se ha dispuesto de nuestro equipo médico y tecnológico especializado. Sus familiares están recibiendo acompañamiento psicosocial y orientado permanente", detalló la Secretaría.
Frente a este hecho, la Policía Nacional capturó al taxista implicado, José Eduardo Chalá Franco, de 56 años, en el momento del accidente, quien deberá responder por el delito de lesiones personales. Con base en las pruebas realizadas por los oficiales del CAI La Victoria, se determinó que el conductor presentaba segundo grado de alcoholemia y, de acuerdo con testimonios de los vecinos, se le había visto manejando el taxi a altas velocidades por la zona.
Por estas razones, fue puesto a disposición de la Fiscalía URI de Molinos para el posterior desarrollo de las audiencias respectivas. Sobre Chalá, en entrevista con La FM de RCN, se estableció que era uno de los residentes de la zona y era conocido por su habitual ingesta de alcohol y por manejar el taxi. Por la magnitud del accidente, las familias afectadas piden justicia y que se dé un castigo ejemplar para que no se sigan presentando estos siniestros.
Cabe recordar que las sanciones a conductores con segundo grado de alcoholemia rondan un valor de $15,6 millones, así como la suspensión de licencia por cinco años y 40 horas de trabajo comunitario. Frente al delito de lesiones graves, y otros que le pueda imponer la Fiscalía, estaría por determinarse las posibles penas que enfrentaría el taxista.