Opinión

Consulta popular

10 de agosto de 2016
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Lo anterior,  gracias a que el Tribunal Administrativo del Tolima, en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 53 de la Ley 134 de 1994, revisó el tema en sus aspectos constitucionales y le dio viabilidad a la citada consulta, en una votación apretada pero victoriosa para el alcalde. 

Sorprende eso sí, la decisión del Tribunal, en razón al contenido de la pregunta ¿está usted de acuerdo, si o no, que en el municipio de Ibagué se ejecuten proyectos y actividades mineras que impliquen contaminación del suelo, pérdidas o contaminación de las aguas o afectación de la vocación agropecuaria y turística del municipio?. Esto porque las preguntas objeto de una consulta popular, no debieran inducir a la respuesta. Países serios como el Reino Unido, recientemente han llevado a cabo procesos de este tipo, donde la pregunta ha sido simple, para que la respuesta sea si o no. Sin embargo, en este caso,  no cabe duda que esta pregunta si induce a que, en forma masiva y contundente, los ibaguereños digan no.

 Es evidente que cualquier ciudadano, incluso quienes pertenecemos al sector minero, pensemos que no estamos de acuerdo con que se acabe con el agua y se contamine. Por eso, tanto el sector minero oficial bajo el liderazgo del Viceministerio y la Presidencia de la ANM, como el privado y el académico, tiene una apuesta por la minería responsable e incluyente.

 Arduo trabajo se viene realizando, para demostrar que en el país sí hay ejemplos de minería, que se ejerce de manera técnica y profesional y que se trabaja para que cada día se mejoren los factores de sostenibilidad, incluso expidiendo más regulación, que incrementa el rigor de las exigencias para el ejercicio de la actividad, en materia social y ambiental.  

Existen ejemplos en el país, donde otros Tribunales como el del Quindio, han dicho que tal tipo de preguntas resultan inaceptables porque “se trata de poner en consideración una pregunta capciosa, ya que el emisor (alcalde municipal) mediante elementos valorativos y subjetivos incorporados en la pregunta, pretende que el receptor, en este caso los habitantes de la localidad, den una respuesta que los predispone”. 

“Se está sugiriendo una respuesta hacia un sentido, sin que el ciudadano tenga la posibilidad de razonar y valorar la temática, motivo por el cual, los ciudadanos no expresarán su voluntad de manera libre y espontánea, lo que caracteriza y legitima todo proceso democrático”.

Entonces, para tristeza de todos, estas batallas contra la minería, que se llevan a cabo con tal entusiasmo y decisión, no se libran contra el flagelo de la extracción ilícita, sólo contra los proyectos de los industriales de la minería, con fundamento en postulados equivocados y poniendo a la gente en disyuntivas insalvables, como agua o minería. 

Mientras tanto, la locomotora de la extracción ilícita corre libre y a toda velocidad por todo el territorio nacional, frente a los ojos de los dirigentes regionales, y  para esta problemática, no hay estrategias a nivel regional y local. Mal mensaje se manda al país: la ilegalidad triunfa y la legalidad no tiene espacio para desarrollarse.  Adicionalmente, y en tiempos de paz, cuando se habla en todos los rincones del país de reconciliación y de desarmar los ánimos, seguimos viendo que se promueve la polarización y las posturas radicales. 

No hay ánimo de construir para mejorar, sino ánimo de librar batallas que a la postre lograrán alejar la inversión y, con ella, la calidad en los trabajos de minería, que se llevan a cabo en el país. La minería no va a desaparecer, pero la bien hecha es posible que si lo haga, gracias a los esfuerzos de algunos, que no tienen claro cuáles son los verdaderos temas de interés general.