Opinión

Noticias alentadoras

04 de agosto de 2015
Canal de noticias de Asuntos Legales

Contenido

Si los empresarios perseveran el país debe hacerlo también. Las esperanzas para reactivar el sector minero-energético están puestas, en el caso de los hidrocarburos, en las actividades offshore y en no convencionales.  

Para la minería, se tiene el propósito de que la reducción en los montos de pago del cánon superficiario para la etapa de exploración, efectuados a través de la Ley 1753 de 2015, atraigan más inversionistas que quieran adelantar proyectos de exploración y posterior explotación, en los llamados minerales estratégicos.  Para ello, los esfuerzos del Estado en su política petrolera, están enfocados en tres áreas de importancia estratégica: (i)  costa afuera, (ii) yacimientos no convencionales y (III) recobro mejorado.

 Para minería el Pipe 2.0 menciona la reducción de costos en exploración como el gancho para atraer las empresas. 

Todo esto debería incrementar la actividad empresarial. Lo cierto es que estos hallazgos recientes en el pozo Kronos en el Caribe y en el depósito San Ramón en Santa Rosa de Osos, no son el resultado de estos nuevos esfuerzos de política, pero llegan en un momento en el cual pueden causar efectos positivos en el ambiente de inversión.  

En el caso de los hidrocarburos, habían pasado caso 40 años, desde el descubrimiento del Pozo Chuchupa en el Caribe, sin otro costa afuera. Para el caso de la minería, sin que se trate de un proyecto de Gran Minería, el proyecto de San Ramón es, en todo caso estratégico, y aparece 20 años después del último descubrimiento importante.  En estos dos proyectos, hubo inversiones cuantiosas y esfuerzos técnicos destacables de las empresas, que surtieron los resultados esperados después de años  de trabajo y millones de dólares invertidos.

Desde la perspectiva del país, es necesario persistir en el mejoramiento de las condiciones de competitividad y viabilizar las siguientes etapas de proyectos. 

En materia de hidrocarburos, y para las tres áreas de enfoque estratégico, es necesario avanzar en la definición de las reglas del juego. Los reglamentos técnicos y ambientales para las actividades costa afuera y en yacimientos no convencionales, o bien son insuficientes o no son adecuados para los tiempos de los proyectos y sus condiciones de ejecución. Copiar o trasladar los requisitos técnicos y ambientales de los proyectos convencionales a los trabajos en el mar o en yacimientos no convencionales, no es lo indicado.

 Para los sectores minero y petrolero, los temas económicos resultan especialmente sensibles y allí también hay asuntos pendientes.  Las capacidades técnicas y económicas exigibles en hidrocarburos, para actividades costa afuera y yacimientos no convencionales, deben reconsiderarse. Si son demasiado exigentes, reducen de manera importante, los posibles clientes para esas áreas. 

El llamado derecho económico de precios altos no puede partir de los mismos supuestos en relación con producción y valor del barril, para hacerlo efectivo, que en los proyectos convencionales costa adentro. Los incentivos en el recobro mejorado son necesarios para financiar avances tecnológicos, Así mismo, la capacidad económica en minería que está en proceso de reglamentación, debe ser adecuada para cada tipo de proyecto y para cada mineral, y previendo las dificultades de los mercados, el tamaño de las empresas y el tamaño de los yacimientos.  

Plantear exigencias económicas demasiado altas, cuando los proyectos de gran minería son muy pocos, y no todos producirán commodities de exportación, ahuyentaría a los empresarios  medianos y pequeños y puede ser un riesgo para aumentar la ilegalidad en la actividad extractiva. Lo recomendable en estos temas es   actuar con cautela, ponderar los factores y pensar en no afectar la viabilidad de las actividades.