Mundial de Clubes

Brasil Vs Argentina

14 de julio de 2025

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

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El Mundial de Clubes que concluyó ayer evidenció el avance de los clubes brasileños frente a los europeos, así como el rezago del resto de Sudamérica, representado por Boca Juniors y River Plate. El presidente argentino ha insistido en permitir que los clubes puedan convertirse en sociedades anónimas, una figura expresamente prohibida por la AFA.

En Brasil, la Ley 14.193/2021 abrió la puerta a la creación de Sociedades Anónimas del Fútbol (S.A.F.). Al igual que en Colombia, la Ley 1445/2011, promovió una transición ordenada desde las asociaciones civiles tradicionales hacia estructuras societarias con inversión privada y mecanismos de control regulado.

El debate no tiene soluciones únicas. Hay clubes como Real Madrid, Flamengo o St. Pauli que funcionan correctamente como asociaciones civiles sin fines de lucro. En Alemania, los más poderosos combinan participación societaria con control de los socios bajo la regla del 50+1. Al otro extremo se ubican clubes como el PSG o el Manchester City, sociedades anónimas controladas por fondos soberanos de países petroleros.

No existe una figura jurídica milagrosa para resolver los problemas de los clubes. Es cierto que resulta más sencillo inyectar capital o cambiar de dueño en una sociedad anónima que en una asociación civil. Sin embargo, casos como el del Deportivo Cali muestran que la condición jurídica por sí sola no garantiza estabilidad.

Botafogo decidió rápidamente cambiar su figura, estructurando su paso a S.A.F. desde 2020, un traspaso rápido que permitió inyecciones de capital, transparencia en la deuda y profesionalización de la gestión. Con resultados deportivos evidentes, logró un doblete histórico el torneo Brasileirao y la Copa Libertadores, adicionalmente le ganó al PSG en fase de grupos del mundial.

Uno de los mayores problemas en los clubes organizados como asociaciones civiles es la falta de transparencia. Equipos como Independiente, Colón de Santa Fe o Gimnasia y Esgrima de La Plata atraviesan crisis profundas precisamente por la opacidad en su gestión. A esto se suma que, por estatuto, muchos dirigentes actúan ad honorem, lo cual elimina incentivos de control: no se exige rendición de cuentas seria, se tolera la informalidad y, en última instancia, los clubes terminan siendo de todos y de nadie…

¿El cambio de figura societaria garantiza mejores resultados? No necesariamente. Lo que mejora deportiva y financieramente un club es una gestión profesional y eficiente. Las sociedades anónimas permiten, eso sí, la entrada de capital privado y establecen una estructura donde hay un dueño o grupo de accionistas que cuida su inversión y exige rendición de cuentas.

Boca, River, Independiente o Racing podrían resultar atractivos para inversores interesados en inyectar capital y competir con los brasileños en igualdad de condiciones. Sin embargo, mientras la estructura jurídica no lo permita, esa posibilidad no existe.

Salvo en Chile, el cambio a sociedades anónimas es voluntario, muchos equipos tradicionales prefieren seguir con su estructura, Peñarol y Nacional en Uruguay, Flamengo en Brasil, Olimpia en Paraguay y el Cali en Colombia. Equipos como Peñarol y Flamengo son transparentes en su gestión y tienen una estructura financiera sólida para un equipo de fútbol.

En Colombia, el cambio a sociedad anónima permitió modernizar el modelo. Recién ahora empieza a llegar capital extranjero, con compras como las de Huila o Equidad. El Cali, en crisis, busca desesperadamente convertirse en S.A. para salvarse.

Sin gestión profesional, ni la mejor figura jurídica salva a un club.