Entrenadores. Un poder inestable
20 de septiembre de 2014Contenido
Jurídicamente, el Director Técnico se vincula con un club de fútbol por medio de un contrato de trabajo; contrato que deberá respetar la legislación nacional. Al respecto Fifa no regula nada, salvo que en casos de conflictos entre entrenadores y equipos de diferente nacionalidad, bien sean de equipos profesionales o de selecciones nacionales podrán ser resueltos por la comisión del Estatuto del Jugador de Fifa.
Contadas son las excepciones de entrenadores con contratos de trabajo largos, en Colombia era famosa la frase de Gabriel Ochoa Uribe que indicaba que su contrato vencía cada día y se renovaba al día siguiente.
Pocos son los casos de directores técnicos que permanecen mucho tiempo en el mando de un equipo, en Inglaterra Sir Alex Ferguson se mantuvo frente al Manchester United desde 1986 hasta 2013 y Arsène Wegner, quien desde 1996 trabaja con el Arsenal son las pocas excepciones, de resto, los técnicos se mantienen por pocas temporadas o por un periodo inferior a un campeonato.
La reglamentación del cargo de director técnico tiene varias particularidades que varían según el país donde desempeñan su labor. En Colombia no se necesita titulación alguna, famosa es la frase “en Colombia para aplicar a Director Técnico se necesitan ser terco y dos fotos” pero sí existe la restricción para dirigir a dos equipos en el mismo torneo.
Esta, como otras normas, es eludida por los clubes pues, durante la semana el verdadero director técnico prepara al equipo y en el partido se sienta en el puesto de DT un tercero que recibe instrucciones vía celular.
Las sanciones a los técnicos también son fácilmente eludidas en Colombia; una vez se le expulsa de un partido, debería dejar de cumplir con sus funciones. Esto no ocurre. Al contrario, sigue dirigiendo desde la tribuna, pegado a la malla, incomodando a quienes compraron la boleta para ese lugar. Si además está suspendido por más de una fecha, se crean reales centros de comunicaciones para que el técnico, que no debería dirigir, imparta órdenes a un tercero vía celular.
Es mucho más clara la posición de Uefa y algunas ligas europeas: al director técnico expulsado se le conduce a un palco donde podrá ver con toda comodidad, y aun con familiares, el encuentro; sin embargo, se le retira el teléfono celular. Es decir que la expulsión del técnico implica dejar de dirigir, en Colombia, por el contrario significa dirigir de forma incómoda.
En Europa y en varios países sudamericanos se exige un título de entrenador. En estos momentos Zinedine Zidane está teniendo varios problemas por dirigir al filial del Real Madrid, el Castilla, sin tener titulación de técnico.
El contrato de trabajo para este cargo debe ser redactado de manera cuidadosa, en estos, a diferencia de los jugadores, no existen restricciones de forma o duración. Generalmente se utiliza la duración de los torneos como duración máxima de estos contratos. El salario debe ser acordado de manera que se incentive alcanzar determinadas metas como campeonatos locales, participaciones en torneos internacionales o promoción de nuevas figuras. En este orden de ideas, así como se debe remunerar de manera importante los logros, la falta de estos debe ser analizada.
Otro problema jurídico que se presenta en estos momentos es la contratación no solo del director técnico sino de “todo su equipo”, cada día más especializado, y que comprende: un asistente, un preparador físico y hasta un preparador de arqueros. El cambio de técnico implica por lo tanto el cambio de todo un equipo con sus costos y sus inconvenientes.
Finalmente, hay estudios que indican que los directores técnicos cambiados durante un torneo no son los más adecuados para desarrollar esa función, que generalmente, no mejoran la situación que generó el retiro del anterior técnico y que se contratan simplemente porque “estaba disponible”.
Los técnicos de seleccionados nacionales tienen una dinámica diferente a lo planteado anteriormente, aunque jurídicamente están vinculados por contratos similares, su labor es mucho más pausada (no más tranquila), la duración del contrato tiende a ser mayor y los objetivos a alcanzar son mucho más claros y medibles.