Opinión

María y María

03 de abril de 2016

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

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Si bien es cierto la igualdad en las condiciones deportivas es difícil de conseguir (las diferencias económicas de diferentes organizaciones deportivas hacen imposible esta igualdad) algunos deportistas recurren involuntariamente a diversas ayudas farmacológicas para conseguir la victoria otros desafortunadamente sin darse cuenta acaban dopados. 

Sharapova, ha consumido meldonium, una sustancia que combate el estrés, ayuda a la concentración, previene infartos y regula el magnesio desde hace 10 años, pero ni ella ni su equipo de trabajo se percataron que desde este año dicha sustancia configura la lista prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje. 

Algunos de los seguidores de la rusa están sorprendidos, entristecidos, pero a la vez reconocen el valor que tuvo al hacer tal confesión y asumir su responsabilidad; por su parte algunos de sus patrocinadores le han dado la espalda, Nike, Porsche y Tag Heuer han decidido suspender y posiblemente no renovar el contrato de publicidad que tienen con la tenista mientras avanza la investigación. 

Head ha decidido respaldarla pese a ser una decisión criticada por algunos. Lo que a mi modo de ver resulta más complejo es entender que la misma conducta en un momento es perfectamente admitida y poco tiempo después resulta altamente reprobable. Finalmente se podría pensar que la ingesta del medicamento dopante no se hizo en el 2016 y por lo tanto se le podría exonerar de cualquier sanción.  

Por su parte, María Luisa Calle no tuvo posibilidad de defenderse, la sustancia detectada es compleja, existen muy pocos estudios al respecto y los costos en los que se debe incurrir para defenderse son altos, adicionalmente las comunicaciones de la UCI fueron francamente amenazantes frente a la posibilidad que la deportista se defendiera, induciendo prácticamente a la firma de una aceptación del dopaje.

Finalmente en la última joya del control al dopaje fue los exámenes que en altas horas de la noche se les practicó a algunos deportistas de la selección Colombia previo al partido que iban a jugar contra Ecuador; el reglamento, como claramente lo indica el presidente de Coldeportes les permite realizar a esas horas el control; no es menos cierto que la agencia mundial al dopaje sugiere guardar coherencia y prudencia frente a la intimidad de los deportistas y la actividad realizada. 

La pregunta es si no había información sobre el control sorpresa, ¿qué necesidad había de hacerlo en la noche?, si fácilmente a las 8 de la mañana del día siguiente en un ambiente menos hostil para deportistas y funcionarios se podía haber efectuado. Nadie le dice a Coldeportes que no efectúe exámenes al dopaje de la selección Colombia  sino que al menos los haga dentro de horarios que no interfieran con el descanso de los jugadores. 

Que estos mismos exámenes se lo hagan a otros deportistas no es una justificación válida y lo que se debería esperar es que a ningún deportista de alto rendimiento lo despierten para tomar muestras.