Y ganó el dopaje
21 de julio de 2025Contenido
Hace una semana ganó Wimbledon el italiano Jannik Sinner quien, el año pasado, tuvo un problema de dopaje y que sorprendentemente fue sancionado con apenas tres meses de suspensión hecho que le permitió llegar justo a Roland Garros y por supuesto a Wimbledon. La defensa del deportista se centró en el ingreso involuntario de clostebol a su organismo por contacto de un masajista que había utilizado esa sustancia en una herida de su mano y se lo había transferido.
Igualmente, la tenista Simona Halep logró, en el Tribunal Arbitral del Deporte, una reducción sustancial de una sanción de cuatro años al entender el tribunal que la presencia de una sustancia prohibida se debió a un producto contaminado. En otra situación, 23 nadadores chinos presentaron resultados analíticos adversos por trimetazidina, un fármaco para el corazón que mejora el uso de oxígeno, se trató de ingesta involuntaria y por esta razón ni la Agencia Mundial Antidopaje ni la Federación Internacional de deportes acuáticos (Word Aquatics) sancionaron a los deportistas.
Los tres casos anteriores muestran la tendencia a mirar la intención en el dopaje. La responsabilidad objetiva no puede ser la única herramienta que tienen para sancionar, entre otras cosas porque la defensa es prácticamente imposible. Mi experiencia con dopaje me permite indicar que gran parte de los resultados analíticos adversos y problemas de dopaje se deben a ingesta involuntaria de sustancias; carne contaminada con boldenona, antigripales con pseudoefedrina, medicamentos para la migraña con isometepteno o posesión de un pasaporte ruso… A pesar de esto se considera siempre que aquel
deportista con un problema de esos es un tramposo y debe ser sancionado con todo el rigor posible.
Debería ser apartado de por vida del deporte, dicen algunos deportistas ingenuos, el deporte debe estar limpio de tramposos. La tendencia es a empezar a mirar las circunstancias por las cuales un
deportista tiene un resultado analítico adverso y considerar intención o mejora del rendimiento. ¿qué sentido tiene sancionar a un deportista presente una cantidad ínfima de una sustancia que no mejora el rendimiento pero que está en la lista?
Distinto es a lo que ocurre en Colombia, acá el ministerio del deporte, que poco o nada hace, paga más de veinte millones de pesos para participar en unprocedimiento que busca sancionar a un deportista de élite colombiano. El ministerio y la Organización antidopaje no han hecho nada para prevenir esta práctica, no conozco un programa de prevención o de educación a los deportistas, la única actividad es sancionar. Ahora bien, los procesos se mueven al ritmo de un tribunal que funciona lentamente pues, lo han dicho varias veces, el ministerio no gira los recursos necesarios. Por otra parte, el tribunal disciplinario antidopaje es una entidad que depende presupuestalmente del ministerio del deporte quien a su vez maneja la organización antidopaje en Colombia, es decir que en este caso este ministerio es juez y parte lo que pone en una situación de vulnerabilidad a los deportistas.
Sin presupuesto para educar, gastando dinero para sancionar y manejando un tribunal que funciona de manera desesperantemente lenta, así es la situación del deporte colombiano frente al dopaje. ¿No será el momento de cambiar las políticas y centrarse más en prevenir? Finalmente, la defensoría del pueblo indica que a pesar de ser obligación de ley, no puede proporcionar abogados con conocimientos en dopaje. ¡pobres deportistas!