Opinión

Carta al Presidente Santos

28 de junio de 2014
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Este aspecto que usted menciona lo compartimos muchos colombianos que al igual que usted, buscan una patria más equitativa, sostenible y digna no solo en términos de conflicto, sino en otras coyunturas especiales que también conllevan esa misma condición lamentable de “victimas” de alguna cosa. 

En este país, creo que todos somos víctimas de algo; víctimas del reprochable e insuficiente sistema de salud, víctimas de Samuel Moreno o Gustavo Petro, víctimas del desempleo, víctimas de la vagancia del Congreso, víctimas de la incompetencia de nuestra justicia, víctimas de los silencios de las autoridades; en fin, victimas que de una u otra forma requerimos ese reconocimiento que usted muy loablemente les ha otorgado a las víctimas de la narcoguerrilla de las Farc.  Señor Presidente, mientras la actriz Lucero Cortés le muestra a sus amigas la foto con el nuevo Rey de España que se tomó en su posesión como primer mandatario de los colombianos hace 4 años, quiero contarle que en el mundo, más de 110.000 personas morían a causa de las propiedades de un mineral letal llamado asbesto, el cual es utilizado para construir viviendas, pastillas para frenos, tejas y otras muchas aplicaciones industriales. En Colombia y a pesar de los muchos llamados que hemos realizado a diferentes autoridades, no ha sido posible que reconozcan las más de 320 víctimas anuales de muertes por mesotelioma, cáncer producido por este material que pese a la prohibición en 56 países industrializados del mundo, en Colombia lo seguimos extrayendo como si nada en una mina en el corregimiento de Campamento en Antioquia. 

Es sabido que usted ha enfilado todos sus esfuerzos para poder acceder a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) como país miembro. Quiero contarle que 30 de los 33 países pertenecientes a esta organización, erradicaron de pleno el asbesto en su territorio por considerarlo mortal para sus trabajadores y consumidores nacionales. 

Sin duda señor Presidente y como lo planteo al comienzo de este escrito, en el país tenemos victimas por múltiples coyunturas que día a día nos afectan de una u otra forma como consumidores, trabajadores, o simplemente como nacionales o personas naturales; lo grave de esta problemática es que compromete vidas humanas y miles de familias que se quedan sin sustento, hijos desprotegidos y madres cabeza de hogar, que de un día para otro y sin saberlo, pierden a un ser querido a manos de un material que ya no se utiliza en ninguna parte de Europa. 

Con toda esta problemática, es muy triste ver que en Colombia se consumen más de 20.000 toneladas al año de este material. Las empresas que construyen con esta fibra y que exportan sin asbesto a países en donde está prohibido, descaradamente tienen la capacidad para procesar sus productos sin este material, pero acá y sin importar las denuncias realizadas, nos saturan con ese veneno barato, que muy seguramente se ha colado en las 100.000 viviendas que le han regalado a los menos favorecidos. 

Señor Presidente, hay víctimas y hay un movimiento que las agrupa llamado nomasasbesto. Nosotros, Prestigiosos médicos, periodistas, abogados y consumidores en general hemos apoyado a estas personas que han buscado desesperadamente ser tenidas en cuenta, pero tristemente, las autoridades parecen estar contaminadas por intereses comerciales que opacan la voluntad y necesidad de un segmento poblacional que diariamente y tristemente se está incrementando. 
¿Nos atiende?