Opinión

Retos para el sistema judicial civil

29 de enero de 2016

Andrés Felipe Quiroga

Abogado Magíster en Derecho Privado
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No obstante, dicho proceso de cambio a la fecha sigue pendiente, pues en lo corrido del año, el sistema judicial no ha entrado en completa actividad, debido a los diversos paros nacionales convocados por los sindicatos de la Rama Judicial, hecho que viene dilatando la implementación del nuevo esquema procesal, el cual ha generado mucha controversia entre los jueces, abogados y usuarios.

Lo cierto es que este proceso de cambio debe iniciarse lo antes posible para darle un nuevo giro a la justicia a nivel nacional, pues de nada sirve tener un robusto conjunto de leyes, si el sistema que vela por el cumplimiento de la norma no resulta ágil, oportuno, transparente, garantista y eficiente. 

Para que el nuevo sistema procesal responda a las pretensiones de sus precursores y solucione en realidad las necesidades de los ciudadanos, es importante que tanto los jueces como los usuarios y abogados entiendan la operatividad del mismo, en tanto que la estructura es completamente diferente a la que por años las facultades de derecho han enseñado y los jueces institucionalizado. Uno de los principales inconvenientes que podrían presentarse con la oralidad es la comprensión de cómo las partes procesales deben participar dentro del proceso civil, pues si bien varias de las actuaciones se realizarán de forma verbal, habrá eventos en los cuales se debe dirigir al despacho a través de escritos, como por ejemplo la presentación de la demanda, solicitud de aplazamiento de audiencias, poderes, entre otros.

Pero a pesar de ello, la mayoría de actuaciones se realizarán de frente al juez y las demás partes procesales, en audiencias donde se evacúan varias etapas del proceso que antes podrían tardar meses o años, y donde la habilidad para persuadir verbalmente, presentar o pedir pruebas, interrogar, alegar de conclusión y decidir serán las herramientas de ataque o defensa más valiosas. 

La parte más complicada de este gran proyecto se centra en el presupuesto y la adecuación de los despachos judiciales, debido a que cada sala o auditorio debe contar con equipos de grabación, tecnología, inmobiliario y otros equipamientos necesarios que garanticen la logística mínima requerida, para que el proceso oral verdaderamente funcione y ofrezca una solución efectiva al demorado y lento sistema escritural. 

Dentro de este proceso es fundamental que tanto los jueces como los abogados y demás partícipes judiciales realicen capacitaciones tanto teóricas como prácticas (audiencias simuladas y juegos de roles), que permitan disminuir la incertidumbre e implementar en el menor tiempo posible y de forma menos traumática el manejo de la oralidad dentro del proceso civil en todo el país.

Ahora, lo más importante es que este cambio conduzca a un sistema judicial que efectivamente ofrezca una solución de fondo a la enorme congestión que hoy agobia a los diversos despachos judiciales. El resultado en parte dependerá tanto de la forma como el Estado se involucre e interese en que el proyecto sea exitoso, como de los sujetos procesales y la academia en adaptarse y hacer posible este gran reto que debe asumir la justicia en Colombia.