Nueva York

Fintech y justicia social

21 de diciembre de 2018

Andrés Ibarra

Director Operativo de Araujo Ibarra
Canal de noticias de Asuntos Legales

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A pesar de la difícil herencia que ha recibido el presidente Duque, varios expertos aseguran que, al declarar la equidad como propósito fundamental de su Gobierno, el Presidente podrá tener en la inclusión financiera el alfil de más alto valor para reducir la pobreza y así lograr un crecimiento económico más inclusivo e innovador.

La inclusión financiera para América Latina y el Caribe es un reto titánico. Según datos de la encuesta Findex del Banco Mundial, en la región, más de 210 millones de personas no tenían una cuenta bancaria en 2017. Aunque esta brecha se ha ido cerrando en los últimos años, se necesitan con urgencia productos y servicios financieros encaminados a atender las necesidades de financiación de capital de trabajo del empleador más grande de Colombia: las mipyme.

Según Felipe Tascón, reconocido emprendedor de Fintech, el sector bancario se transformará en los próximos 10 años más de lo que se ha transformado en los últimos 100 años, gracias a la 4ta revolución industrial, y esto, entre otras cosas, se debe a la demanda de financiamiento de las mipyme que, según Tascón, en Colombia representan casi 95% de la empresas del país, generan 67% del empleo nacional y de las cuales, casi 70% actualmente no tiene acceso a productos de financiación alguno.

Entonces, la gran pregunta es ¿cómo financiamos a este 70% de mipyme que no tienen acceso a productos de financiamiento? Una opción se deriva de la puesta en marcha de la facturación electrónica a partir del primero de enero de 2019, la cual daría la posibilidad de negociar más fácilmente las facturas a través del Registro de Facturas Electrónicas -Refel.

A través de este sistema, tal y como ocurre con la bolsa de valores que cuenta con sistemas electrónicos de negociación, las entidades de financiación podrán usar el poder del big data, la inteligencia artificial y demás herramientas tecnológicas, para crear modelos de análisis del riesgo del crédito de una manera diferente a la tradicional, con mayor eficiencia en costos y tiempos de desembolso, los cuales se podrán generar en cuestión de horas o días. Esto derivará en la asignación de recursos a miles de micro, pequeños y medianos empresarios en el país.

El problema es que, a hoy, el Refel aún no ha sido licitado y por ello no estará listo para la fecha indicada, así que los empresarios no contarán con el sistema centralizador que custodia y garantiza la trazabilidad de la negociación en las facturas electrónicas. Lo anterior genera una gran incógnita sobre una buena porción del negocio del factoring, el cual mueve más de US$9.000 millones al año en Colombia según el World Factoring Yearbook de 2017.

Hace un par años, asistí a un evento en la ciudad de Nueva York, organizado por fondo de inversión de impacto tecnológico Kairos Society, una organización que cuenta con el apoyo de líderes empresariales como Richard Brandson, y políticos como Bill Clinton, en donde me llevé una gran impresión debido a su visión y empoderamiento a los emprendedores y las medianas y pequeñas empresas.

Lo traigo a colación porque su filosofía me parece simple y potente y se resume en estas palabras de Alex Fiance, CEO de Kairos Society: “Es a través del emprendimiento, la inversión y la tecnología, que encontraremos el camino más eficaz en la generación de las soluciones que el mundo desesperadamente necesita”.

En Colombia, los emprendedores de alto impacto tienen acceso a la tecnología, espíritu empresarial y talento, ellos son el gran vehículo colombiano que hay que apoyar. Le corresponde al gobierno generar las autopistas regulatorias que les permitan desarrollar su negocio, y así aportar a la competitividad nacional.

Rindo un sentido homenaje a mi amigo Fernando Sierra Maya. Líder de Kairos Society para América Latina, que en paz descanse.