Opinión

La negativa Reforma a la Salud

06 de noviembre de 2013
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Como quiera que el sistema de Salud en Colombia ha dejado mucho que desear, y las inconformidades están a la orden del día, se esperaba que tras las reformas que el Gobierno Nacional promovió, se hallaran verdaderas soluciones, acordes con el clamor popular.

Sin embargo, lo que hoy ya se pone en evidencia es que ni en la ley Estatutaria, aprobada por el Congreso de la República, ni en la ley ordinaria más reciente, se ha recogido el descontento ciudadano, para generar soluciones.

La verdad es que el compromiso de la Presidencia de la República, en el sentido de impulsar una reforma estructural, no se cumple con esta nueva norma, como resulta útil en estricto sentido, para resguardar el derecho a la Salud.

Pues bien, tanto en la Cámara como en el Senado, el Movimiento MIRA le dijo No a la reforma a la Salud, porque en esencia, el proyecto mantiene las cosas como están, sin introducir cambios de fondo, que impacten positivamente a los usuarios. Hay injusticia e inequidad en el proyecto, y está bastante lejos de lo que el país estaba esperando.

El papel de las EPS en el sistema, ahora bajo el nombre de “gestoras”, seguirá siendo el mismo, conservando la intermediación financiera en la salud de los colombianos. Por el contrario, salen como las grandes ganadoras, pues la ley les está aprobando más fondos, como medidas de salvamento.

Además, durante los próximos dos años, la totalidad del mercado de la salud quedará en manos de ellas, y las personas, sin ninguna alternativa, seguirán a merced de la gestión que estas organizaciones realizan. Incluso, hasta para ellas misma, en alguna medida, la reforma les perjudica, pues mientras las grandes reportarán muchísimos beneficios, las pequeñas verán muy limitadas sus posibilidades de crecimiento.

Para terminar, la UPC, que es el dinero que reciben las EPS, quedará en manos del Gobierno, quien podría terminar dándole diversas destinaciones, excediendo la restricción actual del 10% para gastos de administración.

En suma, se evidencia que el derecho a la salud de los colombianos seguirá vulnerado, amenazado y desprotegido, pues viene en camino otra “reforma”, la del “incidente de responsabilidad fiscal”, también aplicable a la Salud, la cual le permitirá al Ministerio de Hacienda decidir en Colombia quien recibe tratamiento, y quién no. Definitivamente, lo correcto esta vez era decir No a la Reforma a la Salud.