El voto en braille ya es un derecho para los ciegos

Carlos Parra Dussan

Escribo este artículo pensando en las elecciones presidenciales del próximo domingo 29 de mayo, donde más de un millar de personas con discapacidad visual de todo el país, podrán votar con total autonomía gracias a la tarjeta electoral en Braille.

En este sentido, el Instituto Nacional para Ciegos-INCI, como entidad del Estado viene elaborando las tarjetas electorales en sistema Braille, con el fin de garantizar que la población con discapacidad visual de todo el país pueda ejercer el derecho al voto de manera autónoma.

Qué bueno que la misma Registraduría Nacional del Estado Civil el pasado 7 de abril, previo a las elecciones del domingo, realizó una auditoría a la tarjeta electoral en Braille y macrotipo, donde las mismas personas con discapacidad visual constataron que la tarjeta estaba impresa correctamente.

Recordemos que la Corte Constitucional en la Sentencia T-473 de 2003, señaló que a los ciegos se les debe permitir votar haciendo uso del sistema Braille y le ordenó a la Registraduría Nacional del Estado Civil hacer pedagogía electoral para el voto de los ciegos.

Por su parte la Sentencia T-487 de 2003, en la que fui el demandante, reiteró que la tarjeta electoral en Braille es un derecho fundamental de las personas con discapacidad visual para ejercer su derecho fundamental al voto de manera autónoma y en secreto.

Así las cosas, los ciudadanos con discapacidad visual una vez ubicados en el puesto de votación, pueden escoger la forma como van a votar, es decir, si con el uso de tarjeta electoral en braille o con la ayuda de un acompañante, de acuerdo con lo consagrado en el artículo 16 de la Ley 163 de 1994.

Otra opción que ofrece la tarjeta electoral en braille, es su uso por personas con baja visión, por lo que la tarjeta también fue impresa en macrotipo, es decir en letras convencionales ampliadas, fuente arial tamaño 22 por ser la más clara.

Es importante señalar que pese a que la tarjeta electoral está en Braille, la marcación la tendrán que hacer con bolígrafo, para que los jurados de votación puedan identificar su elección.

Es decir, que el voto como tal no se marca propiamente en braille, pues no es que los ciegos puedan sacar una pizarra y un punzón para marcar con puntos su elección, en realidad la tarjeta se puede leer en braille, pero se debe marcar con bolígrafo en un recuadro en alto relieve.

En este sentido, no es obligatorio marcar con una (X), pues las personas pueden marcar cualquier signo claramente identificable para el jurado, sin necesidad de escribir la letra antes indicada, en el entendido que los ciegos escriben y leen en braille.

Si la persona con discapacidad visual considera que marcó mal su tarjeta electoral, o no está seguro, puede pedirle al jurado de mesa que le destruya la anterior y pedir una nueva.

Recuerde que los jurados de la mesa no pueden marcar el voto por las personas con discapacidad visual, por esto, si no hacen uso de la tarjeta electoral en braille, deben confirmar con tiempo a su propia asistente para que el voto sea confiable.

De otro lado, las personas con discapacidad visual también están autorizadas a entrar con sus perros guías, ya que la ley les permite esta excepción por tratarse de animales entrenados para ciegos, distinto a las mascotas que no pueden ingresar a la mesa de votación.

En conclusión, el Estado ya garantiza a las personas con discapacidad visual el derecho al voto en braille, por esto se elaboran tarjetas electorales en este sistema, se distribuyen a todos los puestos de votación incluido al exterior y se capacita a los jurados de votación sobre el voto de los ciegos.

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