Reactivación de la exploración en tiempo de crisis energética

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El sector energético enfrenta una alerta grave debido a la crisis ocasionada por el cambio climático, lo cual se refleja en sequías y bajos niveles de los embalses que no pueden garantizar un suministro de energía en firme, debiendo ser cubierto por las plantas térmicas a gas. La pérdida de nuestra soberanía energética parece ser un riesgo cada día más cercano, ya que las reservas de gas han venido disminuyendo drásticamente, llevándonos a pronosticar escasez para 2026 y una crisis muy seria para 2029, año en el cual culminan varios contratos.

La importancia de los hidrocarburos en Colombia al garantizar estabilidad y seguridad a nuestra matriz eléctrica, hace que revisemos la discusión de suscribir nuevos contratos ante una crisis que se intensifica con el reciente fallo del Juzgado Cuarto Laboral de Santa Marta, por el cual, se suspende la exploración de gas del pozo Uchuva 2 del Bloque Tayrona, hoy “pozo Sirius del Bloque Gua-off-0” operado por Ecopetrol y Petrobras, un proyecto costa afuera que nos brinda esperanza con respecto al incremento de reservas de gas, debido a su potencial de extender nuestra seguridad energética por 18 años, aproximadamente.

Este recurso, tan necesario para el desarrollo sostenible y la estabilidad económica del país se pone en riesgo, por no hablar de las afectaciones que trae a la economía de la región este fallo, en cuanto a empleos, regalías y abastecimiento de combustibles, entre otros.

Sin entrar en detalle sobre los fundamentos legales de esta medida judicial que frena un proyecto que beneficia la seguridad energética del país; se hace necesario evaluar la exploración en Colombia a través de la suscripción de nuevos contratos y la reactivación de campos existentes. Es por esto, que recibimos con positivismo el Proyecto de Acuerdo de la ANH "Por el cual se reglamenta la selección y contratación para llevar a cabo la Operación y Administración de Áreas con Activos Productivos”, en el cual se busca reactivar las actividades de exploración y explotación en activos productivos que, por diferentes razones, han sido devueltos a la ANH y que requieren ser operados para garantizar la producción de los yacimientos descubiertos.

Esta es una oportunidad para oxigenar el sector y contribuir con la seguridad energética. Pese a que se requiere más actividad, es un paso importante para contribuir con la optimización de reservas y la producción de hidrocarburos en áreas de explotación existentes.

Hay muchos temas importantes que afinar en este proceso de contratación, como son los criterios objetivos en la evaluación de las capacidades técnicas y experiencias exigidas a los operadores y empresas prestadoras de servicios petroleros nuevas en estos procesos; incluidas en virtud del concepto de la nueva definición de actividades de exploración y explotación de hidrocarburos establecido por la ANH y que deben tener un tratamiento diferenciado; así como la acreditación de las reservas bajo la modalidad contractual adoptada, criterio que podría desincentivar la participación; el manejo de los pasivos ambientales, abandonos, licencias de los contratos ofertados, la titularidad por parte de la ANH de los activos que hacen parte de dichos contratos y la participación de empresas que hayan sido operadores de los contratos ofertados.

Del correcto y objetivo análisis de estos factores, depende promover y reactivar el sector encaminándolo hacia la transición energética en un proceso gradual y responsable que no descuide la soberanía energética.