Shanghái

La némesis de la economía China

06 de junio de 2022

Gabriel Ibarra Pardo

Socio de Ibarra Rimon
Canal de noticias de Asuntos Legales

Contenido

Es indudable que el ingreso de China a la OMC, en el año 2001, le trajo a ese país unas ventajas significativas que ha sabido aprovechar muy bien.

De hecho, transcurridos más de 20 años de ese suceso, China pasó de ser la sexta economía del mundo a convertirse en la fuente de crecimiento económico mundial más importante, con un PIB de USD$17 billones de dólares.

Sin embargo, su crecimiento económico ha enfrentado una grave amenaza, gracias a la política draconiana de “Cero Covid” adoptada por Xi Jinping desde el año 2020.

Esa estrategia consiste en el confinamiento total de ciudades tras la aparición del coronavirus, medida que pretendió limitar el número de decesos ocasionados por el virus pero que conllevó, al mismo tiempo, a que las largas y estrictas cuarentenas hubieran comenzado a generar consecuencias negativas para la economía de ese país.

A principios de abril de 2022, el gobierno chino ordenó el confinamiento de los 25 millones de habitantes de Shanghái, centro financiero global y principal puerto de contenedores del mundo, para detener la propagación de la variante Ómicron.

Esa cuarentena provocó no solo la escasez de alimentos y el alza de sus precios, sino que, además, según Bloomberg, ha generado el desplome de su economía, por cuanto “la producción industrial cayó inesperadamente un 2,9% en abril con respecto al año anterior, mientras que las ventas al por menor se contrajeron un 11,1% y la tasa de desempleo subió al 6,1%”.

Según una investigación de la Universidad de Hong Kong, la respuesta de China a la pandemia ha generado pérdidas económicas alrededor de USD$46.000 millones de dólares. Por su parte, el Banco Mundial estima que China no logrará el objetivo de crecimiento económico previsto en 5.5% para 2022.
Además de que la cuarentena ha sido ineficaz, toda vez que el covid-19 sigue creciendo en otras ciudades como Pekín y Tianjin, sus efectos económicos, en cambio, son evidentes

De hecho, por primera vez desde 2001, China presenta dificultades para crecer más rápido que Estados Unidos, quien registró un PIB de USD$20.94 billones de dólares.

The Economist sostiene que la caída de la economía representa graves riesgos para Xi Jinping quien aspira a ser confirmado como presidente para un tercer mandato, a finales este año, lo que de ser así rompería con la tradición de sus predecesores que se han retirado después de dos periodos, pero sus propósitos pueden verse truncados, por ser el principal responsable del golpe más duro que ha sufrido la economía de ese país.

Jinping ha insistido en que una apertura podría conducir a una nueva ola que les costaría la vida a millones de personas, no obstante, a pesar de que su política no ha dado resultados positivos, por cuanto no ha logrado frenar la pandemia.

A pesar de que la cuarentena de Shanghái se levantó el pasado martes, los efectos que ha dejado ese confinamiento son de una gravedad inusitada.

El profesor Timo Wollmershäuser ha advertido que, el atasco de los contenedores en el puerto de Shanghái generó una escasez de productos a nivel global.

El Ministerio de Economía de Alemania anunció que, si China sigue afectada por los cierres, es probable que se agraven los cuellos de botella, en las cadenas de suministro de algunos productos tecnológicos, que se han comenzado a producir y que han retrasado la puesta en marcha de algunas iniciativas digitales promovidas en la Unión Europea bajo la política del Next Generation EU.

Lo anterior constituye una muestra más del grado de dependencia que han llegado a tener los países de la salud de la economía China.