Colombia miembro de la Ocde... ¿y qué?
03 de julio de 2018Contenido
*Dir. Precios de Transferencia Dentons Cardenas & Cardenas .
La sociedad colombiana en general desconoce los beneficios o posibles perjuicios que trae para nuestro país el ser miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), sin embargo, todos opinamos con total desconocimiento y sin habernos puesto en la tarea de estudiar el tema para poder tomar una posición coherente. Aclaro que la coherencia no es estar a favor o en contra, es simplemente tomar una posición con bases sólidas e informadas.
¿Sabemos quiénes son los países que pertenecen a la Ocde? ¿Desde cuándo somos miembros? ¿Qué implicaciones tiene ser miembro de la Ocde? Estos son como mínimo algunos cuestionamientos que nos deberíamos hacer todos los colombianos antes de tomar una posición al respecto.
La Ocde hasta antes de su invitación a Colombia y a Lituania realizada en mayo de este año, contaba con 35 países miembros, de los cuales latinoamericanos solo pertenecían Chile y México. Sin embargo, es importante aclarar que esta invitación no nos hace automáticamente estado miembro, la adhesión del país se hará efectiva tras adoptar localmente algunos trámites previos necesarios para acceder. Es decir, va a depender de nosotros mismos si queremos pertenecer, ya habiendo hecho la tarea más difícil que era recibir la invitación luego de múltiples esfuerzos que incluyeron incluso una reforma tributaria en su momento.
Otros países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Perú y Costa Rica también buscan su inclusión como países miembros de la Ocde, pues su deseo es pertenecer a este club exclusivo que ayuda en muchos frentes, no solo en los que respecta al crecimiento económico y no a cualquier costo como muchos pretenden hacer ver.
La Ocde tiene como objetivo promover políticas destinadas a: i) lograr el mayor crecimiento sostenible posible de la economía y del empleo, y a aumentar el nivel de vida en los países que acoge, manteniendo la estabilidad financiera y contribuyendo así al desarrollo de la economía mundial; ii) a contribuir a una sana expansión económica tanto en los estados miembros como en los no miembros o en vías de desarrollo económico; y iii) a contribuir a la expansión del comercio mundial sobre una base multilateral y no discriminatoria.
Así las cosas, los proyectos en temas económicos y de inversión, de sostenibilidad, en lo social y de administración pública, entro otros, que desarrolle la Ocde en favor de sus países miembros, Colombia los podrá implementar. Estos proyectos que cuentan además con guías para su implementación, no son de obligatoria ejecución, pero no tendría sentido alguno el no aplicarlas como proyectos de buenas prácticas en variados temas que buscan el beneficio de la economía mundial bajo políticas sociales y de sostenibilidad (verdes) en favor de nuestro entorno.
Desde mi punto de vista que Colombia sea miembro de la Ocde lo hace pertenecer a un club exclusivo, no de países ricos como la mayoría de sus detractores lo dice con total desconocimiento, que nos permitirá jugar con reglas más exigentes, pero en beneficio de nuestra población, de nosotros mismos, no en beneficio de los países ricos y desarrollados únicamente, pues son beneficios globales para los países en vías de desarrollo como el nuestro.
Santos no es de mi gusto, pero en su último período que estuvo totalmente alejado de políticas económicas adecuadas para su desarrollo, se dedicó en cuerpo y alma a cerrar con éxito el plan para pertenecer a la Ocde, lo cual aunado con la elección de un nuevo proyecto que se aleja de la izquierda latinoamericana, constituyen importantes pasos en la generación de un ambiente estable y de confianza que hará ingresar mayor inversión y que en consecuencia creará nuevos puestos de trabajo y el estar en línea con las directrices de la Ocde nos ayudará a que existan mayores controles en transparencia pública y en sostenibilidad. Por lo tanto, puede que sean más los beneficios el buscar “igualarnos” a estos países de tan prestigioso club que nos pondrá la vara más arriba de donde está en la actualidad.