Opinión

Apaño bilateral

19 de enero de 2015
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Muchas veces escuchamos declaraciones en el sentido de la negativa a un cese bilateral, que para ser francos ya existe de una manera tacita esto por cuenta del llamado “desescalonamiento del conflicto” que a grandes rasgos, claramente no ha sido nada más que crear circunstancias para que las fuerzas militares no puedan acudir de manera proba a cumplir con su deber constitucional, claro está con justificaciones de índole presupuestal, ¿sabía usted que las operaciones helicoportadas han bajado su intensidad desde hace más de un año en un 70%? Quizás es por ello que las Farc hacen a sus anchas por vastas regiones del país.

Las Farc han pedido con insistencia el cese bilateral porque sencillamente en el pasado esto fue un factor muy importante para fortalecerse estratégicamente en lo militar y financiero, a ello sumado la intención de la organización de hacer política en armas, eso paso en los fallidos acuerdos de la Uribe los cuales fueron la compuerta a la toma del palacio de justicia, así es esto fue en el gobierno de Belisario Betancur el 28 de marzo de 1984 se firmó ese acuerdo de tregua bilateral con las Farc, el EPL y el M-19, tristemente un año y ocho meses después de esta tregua el país se estremecía con la toma y quema de la máxima sede de la justicia.

Luego sin ningún reparo ni pudor alguno, las Farc muy campantes ellas, iniciaron un proceso político haciendo proselitismo en lugares donde ellos querían tener control y dominio electoral, ese proselitismo lo hacían estando en armas y era a favor de la unión patriótica, a quienes no compartían semejante absurdo no hubo una opción diferente al desplazamiento, quienes no lo lograron perecieron en el intento; las Farc usaban a sus frentes para hostigar a la población civil buscando apoyos a la unión patriótica, y en muchos casos extorsionaban también, lo que hoy conocemos como “boleteo”; ellos para entonces la llamaron “desdoblamiento” a esta perversa estrategia.

Más adelante en el gobierno del presidente Virgilio Barco, a alguien le pareció una maravillosa idea extender la tregua del gobierno anterior de manera indefinida, esto dándole el beneficio de la duda al presidente de entonces, indicare que quizás él fue asaltado en su buena fe por esos calanchines que posan de asesores, hasta el primer semestre de 1987 estuvo esa tregua pues las Farc, pues como es costumbre en medio de esta asesinaron de forma inmisericorde en Puerto Rico Caquetá, a 35 jóvenes policías, para entonces ya era sabido que andaban en el jugoso negocio del narcotráfico. ¿Sabe usted cuantos soldados y policías han muerto en estos 4 años de dialogo?

Está claro que nos quieren engatusar, ahora se indica que las Farc ha cumplido cabalmente ese llamado “cese unilateral indefinido”, cosa que probablemente o mejor evidentemente no es así, pero como hay que agradar a los señores de La Habana entonces nos manifiestan que como tal circunstancia se ha cumplido, como consecuencia de ello debe darse un cese bilateral, ¿Quién verifico el cumplimiento? ¿Unasur? Pavoroso a donde nos están llevando a la claudicación del Estado y al desarme repentino de nuestras fuerzas militares, cosa que no se traduce en algo diferente a la rendición, cuando no se combate se pierde la guerra, y se reduce la moral de la tropa.

Cese bilateral no es solo proscribir la acción de las fuerzas legítimas del Estado en contra de la barbarie del terror, sino también es una clara violación a la constitución política de Colombia pues la fuerza pública se creó para proteger la vida, bienes y derechos constitucionales de los Colombianos, las Farc a la fecha no han hecho nada para que el Estado frene su actuar frente a los actos delictivos que promueven, de efectuarse un cese Bilateral en las actuales condiciones se estaría dejando a los colombianos a merced de las Farc, y abriendo una puerta gigante para hacer nulitos los acuerdos de la Habana ante la justicia internacional.

Corolario: De las 11 operaciones militares más grandes en la historia en contra de las Farc, 8 con importantes resultados de gran magnitud fueron en el gobierno de Álvaro Uribe.