Aerolíneas

El SAF, listos para el despegue

17 de agosto de 2024

Jairo Fierro Garzón

Ari Consulting Group – Socio
Canal de noticias de Asuntos Legales

Contenido

Numerosas aerolíneas han adoptado el uso de combustible de aviación sostenible (SAF -
Sustainable Aviation Fuel) en sus operaciones, lo que representa un avance significativo hacia
una aviación más amigable con el medio ambiente. Un reciente ejemplo de ello es la aerolínea
Virgin Atlantic, que completó el primer vuelo transatlántico del mundo utilizando SAF en su
Boeing 787, un verdadero hito en la historia de la aviación sostenible. Asimismo, Emirates Airlines
realizó un vuelo con su Airbus A380, reafirmando el compromiso de la industria aérea con la
reducción de la huella de carbono y el avance hacia un futuro más verde.

Un dato interesante es que, hasta la fecha, se han realizado más de 450,000 vuelos utilizando una
mezcla de SAF con combustibles tradicionales. Dado que el SAF es compatible con la
infraestructura y motores actuales, no se requiere la necesidad de modificaciones técnicas en los
aviones, lo que facilita su adopción por parte de la industria aeronáutica.

Tanto el sector aéreo como los gobiernos están firmemente comprometidos con alcanzar la meta
de cero emisiones de carbono para el año 2050, reduciendo hasta en un 80% las emisiones de
gases efecto invernadero.

A nivel global, el término SAF ha captado una creciente atención. Hoy, mi propósito es explicar
qué es, con qué elementos se produce y los desafíos que se plantean para los gobiernos. El SAF

es un tipo de combustible utilizado en la aviación comercial tanto de carga, como de pasajeros,
que se genera a partir de fuentes renovables o residuos, en lugar de los combustibles fósiles
tradicionales, como el queroseno derivado del petróleo.

Su producción se da a partir, de aceites vegetales (aceites de cocina que ya no se utilizan), grasas
animales, residuos agrícolas y forestales (paja de maíz, sus tallos, cascaras de arroz, residuos de
caña de azúcar, entre otros), biomasa, microalgas o incluso basura, que después de someterse a
procesos químicos se transforman en combustible de aviación.

Aunque este Gobierno, denominado como el “Gobierno del Cambio”, ha promovido
constantemente sus ambiciosas políticas climáticas, aún no se vislumbran planes concretos que
establezcan una hoja de ruta clara para la revitalización y expansión del sector industrial para la
producción del SAF. La tan anunciada recuperación de la capacidad productiva sigue siendo una
vaga promesa, sin un enfoque sólido que verdaderamente impulse el crecimiento y la
competitividad.

Los retos son numerosos, comenzando por el costo de producción del SAF, que puede ser entre
un 50% y un 100% más alto que el del combustible tradicional. A esto se suma la limitada
disponibilidad de materias primas para satisfacer la demanda global, lo que podría impactar la
seguridad alimentaria y aumentar los costos de los alimentos. La escalabilidad también presenta
un reto significativo debido a las enormes inversiones necesarias en infraestructura y tecnología
para su producción. Y quizás el obstáculo más crucial es la necesidad de marcos regulatorios y
políticas que realmente incentiven su desarrollo, en lugar de disuadir la inversión extranjera,
como lamentablemente ocurre hoy en nuestro país.

Una vez más, se nos presenta la oportunidad de posicionarnos en el escenario global como
protagonistas de la industria de la aviación. Podemos impulsar la creación de empresas y
contribuir de manera significativa a la lucha contra el cambio climático, al mismo tiempo que
ingresamos en la prometedora industria del SAF.