Opinión

La mafia amarilla del Distrito de Barranquilla

09 de septiembre de 2013

José David Name Cardozo

Senador de la República
Canal de noticias de Asuntos Legales

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En Barranquilla experimentamos transformaciones urbanas positivas, sin duda alguna. En el plano físico e infraestructural ocurren mejoras importantes, así la inseguridad y otros fenómenos desdibujen el progreso de la ciudad.

Nos preocupa la maniobra empresarial disfrazada, ciertos comportamientos administrativos que riñen con la moral y la ética, así como la presencia de varios personajes que desde lo público y lo privado dejan mucho que desear porque lo único que buscan es beneficiar sus intereses personales.
Pienso que la actual alcaldesa Elsa Noguera de la Espriella quiere de alguna manera romper con los esquemas de la corrupción y la no contratación transparente.
Hago todo este contexto para referirme a una situación muy grave que vive Barranquilla, relacionada con la situación actual del servicio público de taxis. A 31 de julio de 2013, la Secretaría de Movilidad registraba un total de 12.988 taxis, que representa cerca del 10 por ciento del parque automotor de la ciudad que llega a las 135.532 unidades.
Oficialmente existe información de 11 empresas legales de taxis identificadas como Raydo, Prado, Taxcaribe, Taxi Barranquilla, Premium, Lideautos, Masautos, Cubisa, Cootransandalucía, Coochotax y Autotaxi. De Taxi Barranquilla ni de Cootransandalucía hay información disponible. Autotaxi tiene registrados 5.501 vehículos, Coochotax 2.678 y Taxi Prado 1.743. La que menos tiene es Masautos con 120. 
La marca más representativa del parque de taxis es la Hyundai, con un 55.92 por ciento de los modelos rodando. Le siguen Atos con el 54.27 por ciento y Chevrolet con el 23.22 por ciento.
Me indican fuentes bien informadas que entre el 2008 y el 2011, Barranquilla pasó de 9.300 a más de 15 mil taxis y que la gran mayoría de estos cupos se los adjudicaron a una concesionaria que tiene íntimas relaciones con sectores políticos distritales. La Alcaldía acopia unas cifras oficiales pero el comentario es que la realidad supera la estadística de la Secretaría de Movilidad, uno de los peores focos de corrupción que ha tenido Barranquilla a la luz de otros nombres como Metrotránsito, por ejemplo.
Los empresarios formales y honestos del sector piden a gritos que se congele el parque automotor de taxis, que no se permita un cupo más y que a la mayor brevedad posible se realice el nuevo censo.
Investigando para escribir esta columna, nos topamos con que hay taxis que tienen las mismas placas, otros que andan con placas que corresponden a buses y que aparentemente la cifra de carros ilegales podría superar los diez mil.
Como consecuencia tenemos una ciudad con una movilidad caótica, con un servicio de taxis en crisis por la ilegalidad y la competencia desleal, con unos empresarios golpeados y maltratados desde la misma Secretaria de Movilidad, que ha encubierto a los cómplices de las irregularidades cometidas por la mafia amarilla en el Distrito de Barranquilla.
Es claro que la Alcaldesa no puede seguir tolerando más estas acciones en contra del gremio de taxistas, ni de los conductores ni de los propietarios que se han hecho a una actividad empresarial con mucho esfuerzo y sudor. 
El sector de los taxistas tiene derecho a una vida digna, porque en la gran mayoría de sus representantes hay personas que les prestan un magnífico servicio a los usuarios y a la buena imagen de Barranquilla.
Vamos a estar muy pendientes de lo que ocurra en los próximos días con la actividad de los taxistas e incluso procuramos organizar unas mesas de trabajo para recolectar sus inquietudes que con todo gusto llevaremos a la Alcaldía Distrital y al Ministerio de Transporte.