El peligroso Proyecto de Ley 057 de 2025
14 de agosto de 2025Contenido
El Pacto histórico ha radicado en el Congreso dos proyectos de ley que pretenden destruir las instituciones cristianas y promover el satanismo en Colombia.
En primer término, el Proyecto de Ley 057 de 2025 permitirá al Estado intervenir y sancionar hasta con el cierre definitivo y cancelación de la personería jurídica a las instituciones religiosas que no ejerzan “razonablemente” su libertad de culto, en concordancia con los criterios y consideraciones que el gobierno precise en los decretos reglamentarios que al efecto se expidan. En tal contienda, la iglesia cristiana será la máxima afectada, por ser opositora directa del gobierno socialista.
Se destaca la intención practica de este proyecto no puede ser otra que la de destruir las Iglesias, puesto que, conforme a la Doctrina constitucional vigente sobre el ejercicio del Derecho a la libertad de cultos, salvo en sus asuntos religiosos, donde existe plena autonomía y libertad, todas las aéreas jurídicas y administrativas de las iglesias actualmente son auditadas por el Estado.
Más inicuo resulta el Proyecto de Ley 058 de 2025, que pretende modificar el artículo 5 de la Ley 133 de 1994, cuyo texto actual establece “No se incluyen dentro del ámbito de aplicación de la presente Ley (de libertad de cultos) las actividades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos; el satanismo, las prácticas mágicas o supersticiosas o espiritistas u otras análogas ajenas a la religión”, para, en su lugar, permitir, promover y financiar el satanismo en nuestras instituciones.
Al respecto, la Corte Constitucional en Sentencia T-200 de 1995, ratificando la doctrina de la convivencia de los derechos, consideró que el satanismo y las prácticas mágicas o supersticiosas no pueden constituir expresión ni forma de la libertad de cultos, en cuanto por definición contradicen la idea de la divinidad, son esencialmente opuestas a la religión y, por ende, en ellas no puede ampararse nadie, como si hiciera ejercicio de un derecho constitucional. Maxime, cuando sus ritos pueden implicar la práctica de sacrificios humanos, torturas, y atentados contra la salud material o psíquica de las personas.
Estos proyectos son, desde la expulsión de la Embajada de Israel en Colombia, la mayor revelación de las intenciones del socialismo imperante, una muestra de que la izquierda, conoce bien a sus enemigos -la familia y la moral cristiana- , y entiende que controlar y eliminar a las iglesias es el paso final de una agenda de destrucción sistemática, que integra la amnistía, indulto y otorgamiento de representación política a los grupos guerrilleros, el asesinato del concebido no nacido, el divorcio por la voluntad unilateral de uno de los cónyuges, y la eliminación del máximo dirigente político opositor.
Lamentablemente, su plan ha prosperado por nuestra debilidad, la debilidad de una nación que niega su cultura bajo el manto del laicismo, relativizando el bien y el mal a su interés y permitiendo consigo, la maldad en sus formas más viles.
Si nuestra pasividad nos ha condenado, las fuerzas del cielo nos liberarán. Impediremos, por el bien que aún persiste en nuestra nación, que dichos proyectos de ley prosperen.