La eliminación del régimen simple en el proyecto de ley de reforma tributaria
09 de octubre de 2024Contenido
El Proyecto de Ley de Reforma Tributaria presentado por el Gobierno Nacional para ser discutido en el Congreso incluye la eliminación del Régimen SIMPLE de tributación.
Este régimen, sustitutivo del Impuesto sobre la Renta, tiene como objetivo simplificar el cumplimiento de las obligaciones tributarias de pequeñas y medianas empresas y personas naturales empresarias y reducir la carga administrativa para estos contribuyentes.
Si bien no es posible afirmar categóricamente que el Régimen SIMPLE de tributación sea un régimen de flat tax, estos dos sistemas comparten características comunes: i) simplificación tributaria, entendida desde la perspectiva de unificación del pago de varios impuestos en un solo sistema y ii) facilidad de cálculo, pues el Régimen SIMPLE utiliza una fórmula sencilla basada en los ingresos brutos del contribuyente para determinar la base gravable, lo cual se asemeja a la forma en que se calcula el impuesto en los sistemas de flat tax.
Experiencias internacionales demuestran las ventajas comprobadas de los sistemas tributarios simplificados. Sistemas de flat tax han sido adoptado con éxito en Estonia, Lituania, Letonia y Georgia. En el caso de Estonia, desde 1994 y con una tasa inicial del 26% que luego se redujo al 21%, ha tenido un impacto muy relevante en el fomento de la inversión extranjera y cambios relevantes en las estadísticas de evasión fiscal.
Un entorno fiscal más simple es un entorno fiscal más competitivo pues disminuye los costos de cumplimiento tanto para los contribuyentes como para las autoridades tributarias. La eliminación del Régimen SIMPLE en Colombia va en contra de esta lógica.
La experiencia de países como Hong Kong, que ha mantenido un sistema de flat tax desde 1947, demuestra que la simplicidad tributaria puede ser un motor de crecimiento económico. Hong Kong tiene una de las economías más abiertas y competitivas del mundo, en parte gracias a un sistema tributario con tasas bajas y sin doble imposición sobre los dividendos, intereses y ganancias de capital. Este entorno ha incentivado la inversión y ha mantenido altos niveles de crecimiento durante décadas.
Por todo lo anterior, en vez de estar pensando en eliminar el Régimen SIMPLE, el gobierno debería estar pensando en mejorarlo. Una de las críticas más importantes del Gobierno frente al régimen que es, además, citada en la exposición de motivos del proyecto de Ley, es que “En lugar de fomentar la formalización empresarial, ha sido utilizado como un mecanismo para reducir el pago de impuestos de personas naturales y jurídicas que ya hacían parte de los regímenes ordinarios. En particular, desde su creación el 55% de los contribuyentes que ingresan al RST han migrado desde el régimen ordinario, y sólo en 2023 y 2024 el porcentaje de contribuyentes que han migrado de los regímenes ordinarios asciende a cerca del 65%. Así, se demuestra que la mayoría de los contribuyentes que han optado por el RST ya eran formales, por lo que el objetivo de formalización empresarial no ha sido cumplido a cabalidad.” Sin embargo, desconoce el gobierno que la formalidad no es el único objetivo del régimen y que, en la simplificación, está uno de sus mayores beneficios pues, como se mencionó, facilita los procesos de fiscalización y recaudo por parte de la misma administración.