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La familia como institución básica de la sociedad, amparada por la Constitución Política de Colombia como tal, no sola cobra importancia desde el punto de vista personal, sino también desde lo económico y lo empresarial.
En ese sentido, las empresas familiares constituyen un agente de gran importancia en el desarrollo económico de un país. A pesar de lo anterior, este tipo de empresas enfrentan grandes retos al momento de ejercer su actividad económica, tales como dificultad de emprendimiento, financiación, asimetrías de la información y, por supuesto, la armonización entre los miembros de la familia.
Como consecuencia de lo anterior, existen distintos mecanismos de gobierno familiar y corporativo que permiten a la empresa familiar proyectarse a largo plazo en el tiempo y propender por un adecuado desempeño financiero, así como armonizar la relación entre sus integrantes.
Uno de esos mecanismos es el protocolo de familia, el cual es un acuerdo escrito, legalmente vinculante entre los miembros de la familia y que permite definir reglas, normas o acuerdos con base en los valores de la familia para regular la forma en que los miembros se relacionan con la empresa. Teniendo esto en cuenta, se recomienda que el protocolo de familia contenga lo siguiente: un plan estratégico, la profesionalización de la empresa, la sucesión y el gobierno de la empresa.
¿En qué consiste el plan estratégico?
El plan estratégico de la familia se refiere a todos los valores, la visión, la misión, los principios y, en términos generales, aquello que identifica a la familia. Así mismo, es importante establecer la forma en que estos valores y principios se mantendrán vigentes en el tiempo a través de las distintas generaciones.
La importancia de realizar esto radica en la incorporación de los valores que guían a la familia dentro del marco de la empresa. Algunas herramientas para materializarlo son los códigos de buen gobierno, las políticas de gastos, las políticas de inversiones y reinversiones, los compromisos sobre la propiedad, y demás.
¿Por qué es beneficioso profesionalizar la empresa familiar?
Esto permite alinear los objetivos empresariales y familiares, apostando por un tratamiento independiente de la empresa. Esto se puede ver traducido en una gestión administrativa desarrollada por personas ajenas al entorno familiar, y no únicamente por sus propietarios.
Esta profesionalización permitirá implementar metodologías de trabajo innovadoras, mecanismos de gestión de la gobernanza, una delimitación precisa de las funciones de cada miembro de la empresa familiar, así como tener un mayor entendimiento de los planes de negocio y limitaciones de la empresa familiar.
¿Cómo debe plantearse la sucesión?
Debe plantearse de dos vías: en primer lugar, una sucesión patrimonial la cual hacer referencia a la forma como pasarán de generación en generación los bienes que pertenecen a la familia, los derechos sobre estos y los requisitos para formalizar dicha herencia.
Por otro lado, debe darse una sucesión gerencial, la cual propende por establecer las reglas mediante las cuales el poder decisivo sobre la empresa familiar se transmitirá entre los miembros de la familia.
¿Qué es el gobierno?
Por último, el gobierno se refiere a las instituciones que otorgarán al protocolo de familia de fuerza vinculante. Esto debe contener órganos corporativos y los roles de las personas encargadas en salvaguardar la integridad del protocolo familiar, así como los mecanismos de control sobre el cumplimiento del protocolo.
El contenido del protocolo de familia mencionado debe estar pactado de tal manera que permita beneficio de la totalidad de la familia, y no de un miembro en particular. Así pues, al momento de redactar un protocolo de familia, es importante hacerlo con el objetivo de propender por el adecuado desempeño financiero y la perdurabilidad de la empresa familiar.