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El crecimiento del turismo y la globalización han puesto a muchos destinos en el centro de aten-ción, transformándolos en marcas por derecho propio, ciudades, regiones y países buscan atraer visitantes y promover sus recursos naturales, históricos y culturales, lo que ha llevado a conflictos legales cuando estos nombres o elementos distintivos colisionan con los derechos de propiedad intelectual. Estos enfrentamientos destacan la tensión entre intereses privados y públicos, así como la necesidad de proteger tanto los derechos de las comunidades como los de las empresas.
¿Qué conflictos pueden surgir entre nombres geográficos con los intereses culturales y eco-nómicos de las comunidades locales?
Un conflicto recurrente ocurre cuando nombres de lugares, como "Tequila", o "Champagne", son registrados como marcas comerciales. Si bien los nombres geográficos pueden atraer valor comercial por su asociación con la calidad o autenticidad de ciertos productos o servicios, su uso exclusivo por parte de una empresa puede generar tensiones con comunidades locales o gobiernos, quienes argumentan que estos términos son parte del dominio público.
En respuesta, las denominaciones de origen (DO) e indicaciones geográficas (IG) se han convertido en herramientas clave. Estas figuras jurídicas protegen nombres asociados a productos cuya calidad o características dependen de su origen geográfico. Por ejemplo, "Tequila" es una DO mexicana que asegura que solo el licor producido en ciertas regiones pueda usar este nombre.
Destinos turísticos suelen tener símbolos representativos, como el Ángel de la Independencia en Ciudad de México o las pirámides de Egipto su uso comercial puede generar conflictos si em-presas registran logotipos o diseños que incluyen estas imágenes sin autorización, en algunos países están protegidos como patrimonio cultural, y su uso comercial sin autorización puede ser considerado una infracción, toda vez que las comunidades pueden acusar a las empresas de apropiación cultural indebida, lo que no solo deriva en batallas legales, sino que también afecta la percepción pública de las marcas involucradas.
Otro conflicto común surge cuando agencias gubernamentales o empresas locales diseñan campañas turísticas que, intencionada o inadvertidamente, imitan marcas registradas. Por ejemplo, un destino turístico podría utilizar un eslogan o diseño que coincida con una marca comercial existente, lo que podría interpretarse como infracción.
Un ejemplo destacado ocurrió con "Havana Club", una marca disputada entre Bacardí y el gobierno cubano en Estados Unidos. La falta de una regulación inicial permitió que empresas priva-das registraran nombres asociados al patrimonio cultural de un país, generando conflictos que tardaron años en resolverse.
¿Qué herramientas legales existen para proteger los símbolos y nombres asociados a destinos turísticos frente a su apropiación indebida?
Las comunidades y empresas locales deben ser conscientes de sus derechos y de la importancia de proteger los elementos distintivos de su región.
En ciertos casos, la resolución suele implicar negociaciones para modificar las campañas o, en algunos, llegar a acuerdos de coexistencia.
Convenios como el de Lisboa o el de Madrid ayudan a proteger nombres y símbolos geográficos en múltiples jurisdicciones, evitando su apropiación indebida.
Contar con abogados en propiedad intelectual puede prevenir y resolver conflictos antes de que escalen.