Bancario y financiero


Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De La Rosa

Derivados Climáticos: El clima como activo financiero

20 de septiembre de 2025

Por: Manuela Corredor Giraldo

Asociada
Martínez Quintero Mendoza González Laguado & De La Rosa

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En el mercado financiero actual, el clima representa un activo sobre el cual se pueden acordar posiciones financieras. A través de los derivados climáticos (“DC”), variables como la temperatura o la lluvia se negocian en los mercados, transformando la incertidumbre climática en un riesgo financiero transable.

¿Qué son los DC?

Al igual que cualquier otro tipo de derivado, los DC son productos financieros cuyo valor depende de un activo subyacente, en este caso, parámetros meteorológicos, como medidas de temperatura, radiación solar o índices de precipitación. Se trata, entonces, de un contrato en el que una parte (hedge provider) se obliga, a cambio de una prima, a realizar en la fecha de cumplimiento (settlement date) un pago a favor de la contraparte que contrata el derivado (hedge seeker), en caso de ocurrencia de unos parámetros climáticos predefinidos en el contrato.

¿Cuál es su función?

Los DC permiten gestionar el riesgo asociado a la incertidumbre meteorológica, un aspecto cada vez más relevante en un contexto de cambio climático acelerado. Su finalidad es ofrecer protección económica frente a la variabilidad del clima, la cual puede impactar la actividad empresarial en sectores como la agricultura y la energía.

Por ejemplo, un parque de energía solar, que depende de los niveles de radiación para generar la energía proyectada, podría contratar un DC (i.e. una opción o un swap) sobre el índice de radiación durante un periodo de tiempo. Así, si dicha radiación es inferior al umbral de referencia pactado, se genera un payout en función de la desviación, de manera que los recursos pagados por el hedge provider mitigan el impacto económico de la menor generación de energía causada por la baja en la radiación solar.

Como instrumentos de cobertura, lo interesante de los DC es que no dependen de la ocurrencia de un perjuicio, sino que se activan conforme a lo pactado en el contrato, incluso sin que se hayan producido pérdidas. Esto los diferencia de una póliza de seguro tradicional que, aunque puede cubrir riesgos asociados al clima, opera únicamente frente a un siniestro y requiere de una valoración efectiva del daño.

¿Qué ventajas y retos tienen los DC en Colombia?

Al ser contratos en esencia atípicos, los DC pueden estructurarse con el nivel de sencillez o sofisticación que las partes requieran, salvo por las restricciones regulatorias aplicables en Colombia a los derivados en general, como cuando la contraparte es extranjera o una entidad vigilada por la Superintendencia Financiera.

Sin embargo, su estructuración plantea retos: requieren de un entendimiento tanto de tendencias meteorológicas como de productos financieros complejos, lo que los hace poco accesibles para empresas sin equipos especializados. En particular, su valoración implica modelos avanzados para establecer un valor justo de mercado, en ausencia de referencias predefinidas como las que existen para derivados tradicionales sobre divisas, commodities o tasas de interés.

Por ello, se trata de un mercado poco desarrollado, en el que los principales hedge providers son, por ahora, fondos extranjeros que han identificado en la incertidumbre climática una oportunidad atractiva de inversión.