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Recientemente, la inteligencia artificial, ha protagonizado diversos debates respecto a su impacto en la regulación de la propiedad intelectual. Específicamente, las industrias creativas y del entretenimiento, han tomado una posición defensiva respecto a los riesgos de infracción derivados del uso de aplicativos de IA para generar contenido a partir de obras protegidas. Sin embargo, la reciente decisión de Disney de invertir en OpenIA y la suscripción de un acuerdo de licencia sobre varios de sus personajes animados, muestra un giro estratégico por parte de uno de los actores más importante de la industria del entretenimiento. La IA se está dejando de ver como un potencial infractor, para incorporarlo como una herramienta de explotación económica de los derechos autor.
¿Puede la IA ser una nueva forma de explotación de los derechos patrimoniales de autor?
Disney cuenta con uno de los portafolios más robustos en materia de propiedad intelectual. Desde el punto de vista del derecho de autor, los personajes y las obras están protegidos, al igual que todas sus formas de explotación. Cuando una herramienta de IA genera contenido a partir de dichas obras, podríamos encontrarnos, ante una infracción de derechos de autor por uso no autorizado.
La decisión de otorgar esta licencia implica un reconocimiento de que la IA puede potenciar la monetización de obras protegidas. Adicionalmente, este nuevo canal de explotación le permite al titular controlar contractualmente la generación de contenido que, anteriormente, activaba el régimen clásico de infracción de propiedad intelectual. Esto cobra especial relevancia en un momento en el cual la regulación aún se encuentra lejana de consolidarse en la mayoría de las jurisdicciones.
¿Qué otra estrategia está usando Disney para frenar los usos no autorizados a través de IA?
Dentro de las recientes acciones que ha tomado Disney para la protección de sus derechos de propiedad intelectual, se encuentra la presión sobre Google, a través de cartas de cese y desistimiento, exigiendo retirar contenidos generados con IA. Precisamente, estos reclamos están direccionados en reforzar la responsabilidad de las plataformas digitales que permiten la puesta a disposición y reproducción de contenidos generados por IA, que no cuentan con las debidas licencias. Teniendo en cuenta que, también se protege la comunicación pública, esta estrategia busca que los intermediarios también regulen los contenidos que se encuentran en sus plataformas.
¿Cuál es el impacto de esta estrategia en la industria del entretenimiento?
Este cambio de perspectiva respecto a la IA muestra que la industria del entretenimiento ha entendido que otorgar licencia resulta ser una estrategia más eficiente y rentable que litigar. Las licencias resultan ser una alternativa para explotar económicamente los derechos de propiedad intelectual ante usos que, en la práctica, resultan difíciles de evitar y a su vez permite mantener el control creativo de sus activos intangibles. Esta solución contractual implica: (i) el reconocimiento del titular de los derechos, (ii) contraprestación económica por el uso, (iii) control creativo del contenido mediante condiciones y límites, y (iv) un desincentivo a sustituir a los autores.
En conclusión, la IA puede ser una herramienta de comercialización dentro de un marco jurídico basado en licencias y respeto por los derechos de autor, mediante la integración responsable de la tecnología.