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Gobernar la inteligencia artificial: la nueva frontera del liderazgo empresarial en Colombia

10 de octubre de 2025
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En el mundo empresarial, la inteligencia artificial dejó de ser una promesa tecnológica para convertirse en un asunto de gobierno corporativo. Las decisiones que antes se tomaban en la sala de juntas hoy también las toman algoritmos. Pero ¿quién responde por ellos? ¿quién garantiza que esas decisiones sean éticas, seguras y alineadas con la estrategia del negocio?

Esa es precisamente la pregunta que viene a responder la ISO/IEC 42001:2023, el primer estándar internacional que establece los requisitos para crear un Sistema de Gestión de Inteligencia Artificial. La norma ofrece un marco para que las empresas gobiernen la IA con los mismos niveles de control, transparencia y responsabilidad que aplican a las finanzas, el riesgo o la seguridad de la información.

Un tema de dirección, no de tecnología

Durante años, muchas compañías delegaron la inteligencia artificial a sus áreas de tecnología o a proveedores externos. Pero la ISO 42001 plantea un giro: la IA debe estar bajo la mirada de la alta dirección. No basta con tener modelos que funcionen; se requiere una política, una estructura de gobierno y un sistema de decisiones supervisado. En términos prácticos, esto significa que el consejo de administración y la gerencia deben definir los límites éticos, las responsabilidades, los mecanismos de auditoría y los indicadores que medirán su impacto.

En Colombia, donde el tejido empresarial combina innovación con estructuras familiares y compañías en expansión, esta norma llega como una oportunidad para profesionalizar el uso de la IA. No se trata solo de cumplir un estándar, sino de fortalecer la confianza con inversionistas, aliados y clientes que hoy preguntan no solo “qué hace su IA”, sino “cómo la gobierna”.

La confianza como nuevo activo corporativo

La confianza se ha convertido en la moneda más escasa del mercado digital. Una empresa que demuestra control sobre su IA gana credibilidad inmediata. Las consultoras ya anticipan que la certificación bajo la ISO 42001 será requisito en procesos de due diligence, licitaciones o alianzas internacionales.

Colombia, al adoptar oficialmente esta norma, se posiciona como pionera en Latinoamérica. Las empresas locales pueden certificarse bajo un marco reconocido globalmente y enviar un mensaje claro al mercado: “gestionamos nuestra inteligencia artificial con responsabilidad”. En un entorno donde la regulación aún se consolida, adelantarse con esta certificación no solo reduce riesgos, sino que refuerza la reputación y la competitividad empresarial.

El nuevo pilar del gobierno corporativo

La ISO 42001 no trata de tecnología, sino de cómo las personas dirigen la tecnología. Exige que las juntas directivas incorporen la IA dentro de su estructura de gobierno: políticas claras, roles definidos, trazabilidad de decisiones y mejora continua. En otras palabras, introduce el principio de IA responsable dentro de la cultura corporativa.

Cada modelo de IA que toma decisiones, sea un chatbot, un algoritmo de crédito o una herramienta de predicción de demanda, se convierte en una extensión de la estrategia empresarial. Por eso, requiere las mismas salvaguardas que cualquier proceso crítico del negocio.

Una oportunidad para diferenciarse

Las compañías que adopten este estándar estarán mejor preparadas para auditorías, nuevas regulaciones y alianzas internacionales. Implementar un sistema de gestión bajo la ISO 42001 permite anticipar riesgos, estandarizar prácticas, acelerar decisiones y demostrar ante el mercado que su organización entiende la IA no como un experimento, sino como una palanca de gobierno y sostenibilidad.

El liderazgo empresarial del futuro no se medirá solo por la capacidad de innovar, sino por la madurez con que se gobierna la innovación.

Por eso, la pregunta que todo directivo debería hacerse no es si su empresa usa inteligencia artificial, sino quién la gobierna. Porque en los próximos años, el valor de una organización no dependerá del tamaño de sus algoritmos, sino de la confianza que inspire su forma de usarlos.

La mesa está servida. Es hora de sentarse y gobernar la inteligencia artificial.