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La era del marketing digital y el e-commerce, mercados de rápido crecimiento y transformación, han traído nuevos retos en el ámbito legal respecto a las nuevas figuras que se han creado, siendo los influenciadores una de estás.
A consecuencia del papel tan crucial que han venido tomando, existen muchas presiones frente a la regulación de la figura de los influenciadores.
¿En qué consiste la regulación actual frente a la actividad de los influenciadores?
El primer acercamiento a la regulación de la actividad de los influenciadores en Colombia se dio en el año 2020 con la Guía de las Buenas Prácticas en Publicidad a través de Influenciadores emitida por la Delegatura de Protección al Consumidor de la Superintendencia de Industría y Comercio.
La guía nace como una solución a la necesidad de regular la actividad de los influenciadores frente a temas que estaban generando vulneraciones a los consumidores, sin necesidad de utilizar una herramienta jurídica más rigurosa, que podría convertirse en problemática al generar barreras a un mercado en constante cambio. La guía aterriza el Estatuto del Consumidor al ámbito de aplicación de la publicidad por medios digitales.
Esta guía, entre otras cosas, establece que la publicidad comercial debe distinguirse como tal, lo que obligó a que los influenciadores debieran dejar de hacer pasar mensajes publicitarios como orgánicos y hacer evidente para los consumidores en los casos en los que se presentara una relación comercial de por medio.
¿Cuáles son los nuevos retos legales a los que se pueda ver enfrentado un influenciador?
Uno de los grandes debates alrededor de los Influenciadores se centra en su derecho a la libertad de expresión y en los casos en los que este se deba ver limitado en aras de prevenir la vulneración del orden público. Esto, teniendo en cuenta que cuando hablamos de influenciadores hablamos de personas que tienen plataformas de miles y hasta millones de personas. Desde el momento en el que un influenciador sube una publicación de cualquier tipo, existen implicaciones legales, ya que este contenido es una manifestación de su libertad de expresión.
En materia de responsabilidad civil, un influenciador puede llegar a estar envuelto dentro de un proceso legal al generarle daños y perjuicios a terceros. Ejemplo de esto sucedió en 2018 cuando por un tweet hecho por la celebridad Kylie Jenner la acción en la bolsa de Snapchat bajara mas de 6% en la bolsa, lo que representó pérdidas para Snapchat de más de US$1.300 millones.
Por otro lado, publicaciones irresponsables de los influenciador pueden hacer que terminen respondiendo por diferentes sanciones de tipo penal. Dos de los tipos penales, que tienen relevancia actual por el mediatico caso de Johnny Depp vs Amber Heard, en los que pueden incurrir los influenciadores al hacer publicaciones que contengan aseveraciones difamatorias, son los delitos por injuria o calumnia. Además de poder incurrir en prisión por un tiempo hasta de cuatro años en prisión pueden ser sancionados por multas hasta de 1.500 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Los influenciadores, por tanto, tienen que estar en constante alerta frente a las implicaciones legales que pueden llegar a tener al publicar su contenido, entendiendo que al ser referentes como su nombre lo indica, para plataformas de grandes cantidades de personas tienen una responsabilidad social de gran magnitud.