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Tradicionalmente, las empresas que atraviesan situaciones de insolvencia son consideradas como nocivas para el mercado. Sin embargo, lo cierto es que esta circunstancia podría representar una oportunidad de crecimiento y mejora; empresas financieramente saludables, inversionistas y fondos especializados podrían invertir con la expectativa de obtener beneficios, ya sea a través de la recuperación de la deuda o mediante la adquisición de activos a precios reducidos.
¿Qué ventajas contempla la legislación para aquellos que toman la decisión de invertir en empresas que se encuentran en insolvencia?
- Flexibilización de la prelación legal para aquellos acreedores que otorguen nuevos recursos al deudor. De esta manera, si se tiene una deuda anterior que no tiene ningún tipo de preferencia, esta mejoraría su posición y se pagaría en primera clase.
- Las obligaciones causadas con posterioridad a la fecha de inicio del proceso de insolvencia tienen preferencia en su pago sobre aquellas objeto del acuerdo de reorganización o del proceso de liquidación judicial.
- La suscripción y pago de nuevos aportes en el capital de los deudores reestructurados, podrá hacerse en condiciones, proporciones y plazos distintos de los previstos en el Código de Comercio, sin exceder el plazo previsto para la ejecución del acuerdo.
¿Qué factores se deben considerar para apostarle a la inversión durante situaciones de insolvencia?
Además de llevar a cabo un exhaustivo análisis de la viabilidad financiera y económica de la operación planificada, es esencial considerar la demora judicial inherente a nuestro sistema judicial. Esta circunstancia, en ocasiones, añade complejidad a la definición de situaciones jurídicas, dada la naturaleza de los procedimientos de insolvencia y los plazos asociados. Por ello, resulta crucial incorporar estrategias que gestionen eficientemente el factor tiempo, como la anticipación de posibles obstáculos legales y la implementación de medidas que minimicen el impacto de las demoras.
¿Cuáles son los principales desafíos que debe enfrentar el mercado de la insolvencia en Colombia?
El tejido empresarial del país está compuesto principalmente por pequeñas y medianas empresas (PYMES). Este panorama se refleja en los procesos de insolvencia, donde el 73,29% de ellos pertenecen a la categoría C, donde el activo de las empresas es inferior a 263.130 UVT. Esta situación plantea un desafío, ya que los fondos de inversión, especialmente los extranjeros, suelen tener límites mínimos de inversión que podrían resultar excluyentes para el mercado colombiano.
La rigidez de las normas del sector financiero representa otro desafío, ya que puede dificultar que las empresas insolventes obtengan el capital necesario para su recuperación. Por ello, es necesario adaptar dichas reglas para generar un entorno más propicio que facilite el acceso a recursos.
Asimismo, se debe avanzar en la implementación de otros mecanismos que impulsen la financiación de empresas en situación de insolvencia. Un punto de partida consiste en adoptar herramientas que se contemplaron de manera transitoria como la descarga de pasivos, el salvamento de empresas en estado de liquidación inminente e incluso beneficios tributarios que podrían volver más atractivo el mercado de la crisis en Colombia.
Según las estadísticas, en Colombia, las solicitudes de insolvencia se incrementan de manera constante, registrando un aumento del 112% desde 2014 hasta 2022. Este incremento indica un crecimiento continuo en la oferta de empresas en crisis. Transformar esta situación de dificultad en una oportunidad de negocio no solo es una oportunidad de para los inversionistas, sino que puede ser clave para la supervivencia de la empresa, la preservación del empleo y el fortalecimiento del mercado.