La historia de la empresa más vieja del mundo
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La historia de la empresa Kongo Gumi Co. Ltda, constructora japonesa fundada en el año 578 d.C., es interesantísima.
Investigando sobre ella, son muchos los factores que pueden llevar a pensar cómo logro sobrevivir tantos años, tantas generaciones, tantas crisis, tantas guerras, políticas y, obviamente, tantos “terceros interesados” aunque, a mi pesar, llegó hasta 2006, según leí, a través de una adquisición después de una crisis profunda.
¿Cómo esta empresa logró mantenerse? Compartimos algunos comentarios.
1. Adaptabilidad y diversificación: Kongo Gumi tuvo, queriéndolo o no, que adaptarse. Se adaptó a los mercados, a las tecnologías, a los requerimientos de sus clientes, a muchas cosas. Se reacomodó a su estructura familiar, a la dirección, y a las “nuevas formas de gerenciar”.
Por ejemplo, pasó de la construcción de templos budistas a la realización de proyectos de infraestructura. ¿Toda la vida haciendo templos budistas? Tal vez no.
2. Gestión del conocimiento: El ADN se transmite, y ese “código” contiene mucha información. Las empresas no son ajenas a eso, y por ello es determinante transmitir el conocimiento. Esta es una de las fallas más grandes en las empresas familiares latinoamericanas, cuando los acumulan todo el conocimiento y este no lo transmiten. Esto garantiza, entonces, que cada nueva generación no toque “volver a empezar”.
3. Enfoque en la calidad y la atención al detalle: en algunas reseñas encontradas (y me disculpo por no referirlas en este artículo) se evidenció que Kongo Gumi quiso enfocarse en la atención al detalle y al uso de materiales de alta calidad, llevando a la perdurabilidad de las construcciones.
4. Redes y relaciones duraderas: Una historia de un poco más de 1400 años es suficiente para que se pueda pensar que la empresa ha establecido y cultivado relaciones sólidas y de larga duración con clientes, proveedores y grupos de interés. No pude evidenciar si aplicaba criterios ASG, pero, en tanto tiempo, no cabe duda que debía tener muy claro a quiénes impactaba en su entorno. Un par de notas me dieron a pensar que la empresa invertía en la comunidad y buscaba ser responsable ambientalmente. Sería un interesante caso de estudio.
5. Principios, valores y sucesión: La primera generación crea la empresa, la segunda la disfruta, y la tercera la pierde. Ahora, Kongo Gumi ha sido dirigida por la misma familia durante más de 40 generaciones (¡40!). Los valores fundamentales de la empresa, como la integridad, la honestidad y el respeto por las tradiciones, han sido transmitidos de generación en generación, creando una cultura empresarial sólida y cohesionada que ha contribuido a su longevidad.
A los que dicen que pensar en “principios” y “valores” en las empresas familiares son cursilerías (lo escuchamos mucho en consultoría)…Un principio es por donde se empieza (el nacimiento del río), y un valor, por donde se recorre (el cauce). Planificar la sucesión requiere atención y supone un proceso. Planificar, como lo dice Buzz Lightyear, es “caer con estilo”, y por eso demanda especial atención en las
empresas familiares.
La preservación de las empresas no son asuntos de “suerte”, o del “modelo de negocio”, ni nada similar. Como las escaleras se barren de arriba hacia abajo, así mismo los empresarios fundadores pueden (y deben) facilitar el diálogo para que la construcción de un legado, como Kongo Gumi, trascienda o, si es el deseo, o la consecuencia, por lo menos tenga un proceso de aterrizaje no forzado (o, vuelve y juega, “caer con estilo”).
*Diego Márquez Arango, director de MQA