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Las empresas tienen como objetivo primordial el generar beneficios e ingresos económicos, mediante la producción de bienes y servicios, razón por la cual las actividades derivadas de la actividad empresarial tienen una presunción de onerosidad. La empresa se instauró como base del crecimiento y progreso económico tanto privado como social, así lo dispone el artículo 333 de la Constitución política Nacional, que establece que “La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones”. Estableciendo que las empresas contribuirán a la sociedad mediante esta responsabilidad pública de generar riqueza.
En Colombia no se encuentra regulada de forma rigurosa lo relativo a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), sin embargo, la conciencia social y económica en los últimos años ha tomado una mayor relevancia en la imagen empresarial, pues cada vez más estos factores son observados por los consumidores y demás agentes que interactúan con la empresa.
¿Qué es la Responsabilidad Social Corporativa?
La Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial (RSC) es entendida por la Guía Técnica Colombiana en Responsabilidad social: GTC 180 del ICONTEC, como:
“Compromiso voluntario y explícito que las organizaciones asumen frente a las expectativas y acciones concertadas que se generan con las partes interesadas en materia de desarrollo humano integral; esta permite a las organizaciones asegurar el crecimiento económico, el desarrollo social y el equilibrio ambiental, partiendo del cumplimiento de las disposiciones legales.”
La RSC se presentan como una respuesta al desarrollo sostenible, ambiental y económico, en los cuales se busca efectuar actividades que incluyan a la comunidad, a las personas (trabajadores, contratistas, proveedores, clientes, etc), al medio ambiente y a los valores éticos, mismas que se pueden efectuar de diversas maneras conforme a las necesidades y el contexto de cada empresa.
Con la pandemia por covid-19 la RSC ha cobrado mayor relevancia en el campo empresarial sobre todo para las grandes compañías del país, generando estrategias de cooperación para enfrentar la crisis y ayudar a negocios más pequeños que se encuentre en dificultades. Un ejemplo de ello es La Liga de Rescate de la Andi que ayuda como plataforma para empresas rescatista y en necesidad de ser rescatada con el fin de evitar la quiebra y/o cierre de estas.
Así mismo, diversas compañías han optado por generar el fortalecimiento de sus programas de bienestar y liderazgo al interior de la empresa, buscando fomentar la salud integral de sus trabajadores y sus familias, con la intención de disminuir al máximo el impacto que la cuarentena ha generado sobre estos.
Los retos que ofrece las actuales condiciones en la que se encuentra el país y el mundo son una oportunidad para las empresas para no solo actuar con los parámetros mínimos exigidos por la normatividad y la ley, sino aprovechar para el mejoramiento de la imagen corporativa, lo que puede conllevar con una adecuada planeación a la implementación de un sistema de gestión que permita organizar adecuadamente la RSC.