Las siete mujeres detrás de la práctica ambiental en los bufetes con gran valor mundial

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A propósito del cambio climático, el medio ambiente y la sostenibilidad son temas que han cobrado mucha importancia en los últimos años. Este es uno de los campos que más se ha ampliado en las grande firmas de abogados.

De hecho, muchos bufetes vieron la necesidad de crear o de ampliar sus equipos en esta práctica, pues la inminente necesidad de hablar de contaminación terrestre y acuática, producción y gestión de residuos, emisiones a la atmósfera, seguridad y protección de la salud, y contaminación acústica y cambio climático se ha hecho cada vez mayor.

En Colombia, las firmas no solo le han apostado a esta práctica, sino que se la han confiado a mujeres socias y asociadas, que entienden la complejidad de las leyes y regulaciones ambientales en todo el mundo.
Se trata de Camila Jiménez de Baker McKenzie; Camila del Villar de DLA Piper Martínez Beltrán; Lina Correa de Gómez-Pinzón; María Margarita Lorduy de Dentons Cárdenas & Cárdenas; Margarita Solorza de Holland & Knight; Natalia Soto de Lloreda Camacho; y Luisa Toledo de Cuatrecasas, quienes lideran esta práctica en sus bufetes.

En este contexto, las firmas de abogados desempeñan un papel fundamental al incorporar la práctica ambiental en sus actividades, pues son ellos los que logran relacionar las herramientas legales con la conservación de recursos naturales y sostenibilidad.

Algunas de las tendencias emergentes son la sostenibilidad, el cambio climático, los factores ESG, comercio de carbono y energías renovables. "Las firmas han empezado a proporcionar asesoramiento especializado en temas como mitigación y adaptación al cambio climático, políticas ESG y proyectos de energías renovables, asumiendo un rol fundamental en la protección del medio ambiente", añadió María Margarita Lorduy, directora del Área de Derecho Ambiental en Dentons Cárdenas & Cárdenas.

Por su parte, Natalia Soto, asociada sénior del área ambiental y recursos naturales de Lloreda Camacho, aseguró que “las regulaciones ambientales son cada vez más estrictas, las sanciones más gravosas y el control social más riguroso, lo cual ha posicionado a la práctica ambiental como un componente esencial en el diseño y desarrollo exitosos de cualquier actividad económica”.

Las empresas y organizaciones se enfrentan a un panorama legal cada vez más exigente, con normativas ambientales más estrictas y el crecimiento de la responsabilidad corporativa. De hecho, según Margarita Solorza Cortés, sénior counsel del área de energía y recursos naturales de Holland & Knight, “uno de los principales desafíos legales es la interpretación de los principios generales y de la normatividad aplicable a casos concretos, de manera diferente por cada autoridad ambiental”.

También aseguró que la ausencia de jerarquía entre diversas autoridades ambientales ha creado múltiples aproximaciones e interpretaciones que agravan la inseguridad jurídica de los administrados, lo cual termina afectando la protección del medio ambiente. “Para abordar esta problemática se requiere un direccionamiento y política nacional clara que brinde herramientas para la aplicación de principios y normatividad a nivel nacional y regional”, concluyó la sénior de Holland.

Mujeres en el derecho

Las mujeres están cumpliendo un rol de liderazgo, no solamente en la práctica ambiental, sino en otras áreas. “Hoy en día contamos con numerosas colegas que son socias y directoras en distintas áreas de práctica, lo cual muestra una tendencia bastante positiva. Sin duda, el aporte de las mujeres en la práctica legal ambiental ha sido significativo, dada la relevancia de los asuntos ambientales actuales como el cambio climático y la sostenibilidad como elemento clave en la toma de decisiones”, agregó Camila Jiménez, asociada sénior y líder del área ambiental del grupo de práctica de energía, minería e infraestructura en Baker McKenzie.

En esta práctica hacen falta los conocimientos de las reglamentaciones y de las leyes ambientales que constantemente se van actualizando.

“Un abogado ambiental debe usar varios sombreros: no basta con ser buen abogado, debe tener conocimientos básicos de biología, química e ingeniería, y sobre todo saberse relacionar y entender muy bien a los técnicos con los que trabaja”, dijo Lina Correa Posada, la directora del área ambiental del grupo de práctica de energía & recursos naturales en Gómez-Pinzón Abogados.

Por su parte, Luisa Toledo, directora del área de medio ambiente de Cuatrecasas, dijo que “el desarrollo económico y la protección ambiental son temas que deben abordarse en conjunto y no necesariamente contrapuestos o en conflicto. Por el contrario, soy una fiel creyente de que se deben poder desarrollar proyectos bajo el más alto estándar de cumplimiento ambiental y buenas prácticas asociadas a cada industria. Se trata de hacer las cosas pero hacerlas bien”.

La transversalidad e interdisciplinariedad del derecho ambiental frente a otras prácticas del derecho es una de las grandes motivaciones de estas mujeres para apostarle a una práctica que genera retos diarios. “Es una práctica versátil y holística que está dando la parada en la modernización de los servicios legales, mientras paralelamente contribuye al desarrollo sostenible de los proyectos”, dijo Camila del Villar, socia del área ambiental y desarrollo sostenible de DLA Piper Martínez Beltrán.