Correr, pero con los pies en la tierra
07 de junio de 2014Contenido
Sin embargo, hay que aclarar que esto no aplica para alguien que no tenga hábitos deportivos. Las rodillas, pies, estómago, articulaciones y demás partes del cuerpo (incluso la mente) no están preparadas para pasar de trotar sin presiones en la ciclovía a terminar un maratón. Simplemente, no es aconsejable un entrenamiento relámpago. De hecho, podría traer consecuencias no inmediatas sin que la persona logre asociar la causa.
Lo más indicado (para hacerlo de forma segura y con garantías) es llevar a cabo un proceso de más de un año, con una constancia de unos cuatro días por semana y con algunos entrenamientos de fondo. También se pueden incluir algunas competencias. De la misma manera, se deben tener muy en cuenta los períodos de recuperación para mantener rendimiento, fuerza y velocidad sin tener que caer en un sobre-entrenamiento.
Dichas pruebas de resistencia son retos tanto físicos como mentales, lo que incluye trabajar aspectos como motivación y paciencia. Hay que estudiar el recorrido, algo cada vez más accesible gracias al planeamiento y organización de las carreras. Así, con las reglas del juego sobre la mesa, lo mejor es realizar entrenamientos en condiciones similares, en vez de buscar un terreno fácil para entrenar y luego frustrarse porque el registro personal no cumplió las expectativas y porque el cuerpo “sufrió” físicamente más de lo acostumbrado.
Con dedicación, disciplina y sacrificio lograremos grandes retos pero es importante ser realistas con respecto al desafío y no participar sin una buena asesoría y preparación; ¡vale la pena!