Opinión

La red, un arma de doble filo

13 de enero de 2014
Canal de noticias de Asuntos Legales

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Una de las razones del éxito de programas como Facebook, Twitter, Youtube y los blogs, es que son aplicaciones que ponen al alcance de todos los usuarios la posibilidad de divulgar, de manera inmediata y sin costo, todo lo que hacen, piensan, les molesta y les gusta; es una vitrina a la que anteriormente solo tenían acceso los dueños de los medios masivos de comunicación, pero que ahora está disponible para todo aquel que quiera darse a conocer.

Contar con una herramienta de acceso masivo, para transmitir opiniones, mensajes, fotos y videos a todos nuestros conocidos y abonados, así como a los contactos de estos, es una oportunidad única para hacer públicos aspectos importantes de nuestras vidas y poder expresar nuestras opiniones y comentarios sobre lo que nos gusta y afecta; pero cuando estas aplicaciones no se manejan adecuadamente, pueden volverse en contra nuestra, especialmente si se está en medio de un proceso de selección, para acceder a un nuevo cargo.

Para el reclutador de personal, tener acceso al Facebook o al blog de un candidato, es disponer de una fuente invaluable de información sobre valores, creencias, gustos, preferencias, composición familiar y actividades habituales del aspirante y una oportunidad única de confrontar la imagen proyectada a lo largo del proceso de selección, con lo que se observa y desprende de todo lo que el candidato, y su red de amigos, han publicado sobre él.

Lo mismo sucede con blogs y escritos en los que se manifiestan posiciones sobre diversos aspectos de la vida cotidiana y que muestran, por ejemplo, la capacidad de la persona para discutir con altura puntos de vista contrarios, manteniendo un tratamiento respetuoso y objetivo en las apreciaciones. Tenga en cuenta que publicar un comentario desobligante o grosero, por más razones que justifiquen su malestar, así como aparecer en fotografías, propias o ajenas, en situaciones comprometedoras, puede descalificar en forma inmediata a quien parecía hasta ese momento, el mejor prospecto para ocupar un determinado cargo.

En este, como en tantos aspectos de la vida, debe existir una coherencia absoluta entre la imagen que se proyecta frente al seleccionador y lo que de nosotros pueda encontrarse en las redes sociales. De ahí la necesidad de seleccionar con mucho criterio, qué decimos y qué publicamos, para evitar que esta información se vuelva más adelante en nuestra contra. Todo aquello que se ha publicado en cualquier medio, así como los archivos de toda índole que reposan en manos de familiares, amigos y desconocidos, puede en cualquier momento de la vida haber sido subidos o subirse a la red, convirtiéndose en una especie de marca indeleble, casi imposible de borrar, que puede aparecer y reaparecer en los momentos más inapropiados de la vida, generándonos serios inconvenientes.

Por eso es muy importante tener cuidado con lo que se dice y hace en todas las situaciones de la vida, especialmente en aquellas donde hay público, una cámara de fotografía, de video o un micrófono. Lo grave es que quién hoy en día no tiene en su bolsillo un teléfono con todas estas funciones; esto quiere decir que en cualquier momento, alguien podría estar grabando, sin que lo notemos, desde una conversación hasta una presentación que estemos haciendo y subirla en la red.

Un ejercicio interesante, es el de buscarse en Google; es muy probable que se sorprenda con lo que encuentre. Si usted considera que algo de lo publicado puede ser perjudicial para su carrera, busque la manera de borrarlo, acudiendo a quien lo publicó, aunque es muy probable que esa información pueda seguir apareciendo y circulando, gracias a los archivos de seguridad y reenvío de información entre sus contactos y los contactos de sus contactos.

Las recomendaciones son muy simples: revise todo lo que ha publicado y borre, en la medida de lo posible, todo aquello que considere que puede ser contraproducente para su carrera laboral. Revise lo que ha escrito y elimine insultos y palabras groseras; suprima comentarios negativos sobres su antigua empresa, jefes y compañero, pero sobre todo, compórtese adecuadamente en todos los escenarios de su vida, pues las cámaras abundan a su alrededor, listas a registrar errores, caídas y comportamientos salidos de tono.