Alpina ganó pleito marcario ante la Superintendencia contra el signo Alpike Crocantes

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Alpina es de esas marcas que permanecen en la mente de pequeños y grandes consumidores. Con productos desde leche para el desayuno y yogurt para los recesos, la compañía no solo ha crecido en portafolio sino en recordación.

Hace poco, la productora de lácteos se vio involucrada en un pleito de marcas en el que se opuso al registro del signo Alpike Crocantes, el cual planeaba inscribirse en la sección 30 de la Clasificación de Niza. Es decir, pretendía distribuir o vender productos alimenticios tales como harinas, preparaciones a base de cereales, productos de pastelería, entre otros.

Según Alpina, la solicitante, además de pretender registrarse en las mismas categorías (29 y 30) que su familia marcaria Alpi, Alpikids y Alpi Bites, también comparte la base gramatical “Alpi” en su nombre. La opositora alegó que la fonética entre ambos signos es casi idéntica. Asimismo, señaló que el término “Crocantes” no tiene distintividad, sino que es descriptivo.

Lizeth Charine Gómez, dueña de la marca Alpike, respondió a la oposición asegurando que su signo no tiene nada que ver con la producción y distribución de lácteos, es más, sostuvo que ella comercializa empanadas. También dijo que, el diseño gráfico de su logo mixto contiene los colores rojo y amarillo, los cuales distan con el azul característico de Alpina.

La SIC constató que, en efecto, en la marca solicitante el elemento nominativo que predomina es “Alpi”. También aseguró que “Crocantes” es una añadidura meramente descriptiva, y tener una conexión competitiva, hace razonable que se llegue a pensar que las marcas son semejantes. En conclusión, la Dirección declaró fundada la oposición de Alpina y negó el registro de Alpike Crocantes.