La entidad no encontró razones suficientes para negar el registro debido a que la opositora no logró probar la confundibilidad entre los signos
29 de noviembre de 2019Contenido
A pesar de la oposición presentada por la Fábrica de Especias y Productos El Rey, la marca King & Queen logró registrarse en la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
En un principio, Kevin Andrés Jaramillo solicitó el registro de King & Queen para identificar servicios en salud, higiene y belleza para personas. No obstante, Productos El Rey se opuso para defender su marca notoria El Rey.
Entre los argumentos presentados, la empresa señaló que la expresión solicitada reproducía su marca notoria El Rey, pese a hacerlo en inglés. En ese sentido, indicó que si la expresión King significa Rey en español es evidente que existe una identidad ideológica entre los signos comparados porque hacen referencia y evocan exactamente la misma idea monárquica y de realeza.
De este modo, Productos El Rey afirmó que el signo King presentaba al público sus mismas ideologías y además era una reproducción de las marcas previamente registradas por lo cual se iba a generar riesgo de asociación o confusión para los consumidores.
Al igual, la empresa opositora añadió que conceder el registro terminaba por vulnerar los derechos del consumidor y menoscababa los derechos de su marca debido a que ambos signos evocaban una misma idea o concepto.
Además, de acuerdo con la marca El Rey la confusión gráfica, visual e ideológica que se producía al observar el signo King & Queen conducía a los consumidores a pensar erróneamente que se trataba de una nueva línea de servicios afines a su marca notoriamente conocida.
Por su parte, Kevin Andrés Jaramillo defendió el registro y resaltó la capacidad distintiva de su signo. Además, negó la similitud argumentada por la empresa opositora y logró demostrar que los signos enfrentados sí pueden diferenciarse fácilmente.
Al mismo tiempo, el solicitante señaló que la pronunciación de King & Queen frente a El Rey es disímil y que, por lo tanto, no existe riesgo alguno para que el consumidor confunda fonética o auditivamente las marcas enfrentadas. En concreto, Jaramillo afirmó que el consumidor jamás confundiría un alimento o complemento alimenticio con servicios de cuidado corporal prestados en salones de belleza y peluquerías.
De esta forma, la Superintendencia decidió conceder el registro debido a que en este caso la notoriedad de la marca El Rey no se ve afectada. “También es cierto que tanto esta marca como la solicitada no coinciden ni se relacionan de forma alguna en la identificación de los mismos productos o servicios”, resaltó la entidad.
Por último, la SIC determinó que los productos o servicios previamente registrados no son complementarios o sustituibles entre sí y decidió conceder el registro. “La naturaleza de los productos difiere de cara a los servicios de higiene y belleza para las personas, por no ser sustituibles per se y por no ser derivados razonablemente de un mismo origen”, indica el texto.